Ayer jueves 28 de noviembre, como otros jueves de hace años, acudí a la cita literaria con los compañeros del taller. Parecía que todo había cambiado, para empezar, la ubicación y el espacio.
La tarde tenía un programa muy completo: la asamblea anual de la asociación de Primaduroverales, la presentación del libro Sobremesas manchadas de café y tinta, de nuestras antiguas compañeras, y la invitación personalizada que quería transmitir para la puesta de largo de mi primer poemario.
El aula, 1.3, es luminosa, pintada de un ocre amarillento, pero enseguida mis ojos buscaron las ventanas e incluso se dirigieron al techo en busca de las abatibles de la buhardilla, la antigua sede del taller en La Casa del Reloj. Me gustaba sentarme bajo la ventana, en ocasiones algún fragmento de estrellas se filtraba por allí o, con el buen tiempo, la fugaz presencia de algún pájaro despistado… La asamblea transcurrió entre bromas y risas con todos los puntos aprobados por unanimidad. Luego me encontré con la sorpresa de que entre las siete y las ocho continuarían con la clase conforme a la dinámica de este curso. Pura, amablemente, nos invitó a quedarnos a los ex alumnos y así lo hicimos. La “ucronía”, palabra un tanto espesa para mí, se fue adueñando del espacio como un punto de inflexión que termina por cambiar el discurrir de los acontecimientos… y cuyo objetivo es, partiendo de esa premisa, la escritura de una novela, mejor dicho, tantas novelas como alumnos estén dispuestos a enfrentarse a tan ardua tarea. Desde luego que, visto desde fuera, parece muy, pero que muy difícil… Pero enseguida comenzó la lectura de los deberes con los proyectos iniciales y el primero en tomar la palabra fue Manuel Pozo, sentado junto a mí como en otros tiempos, y su lectura nos llevó al supuesto de que los Reyes Católicos no hubiesen conquistado Granada a través de “La predicción de Ben Maj Kulmut” o a la alternativa de lo qué habría podido pasar si Argentina hubiese sido eliminada por Inglaterra en 1986, para continuar con “La batalla de Appomattox Court House” y el supuesto de que la esclavitud no hubiese sido eliminada… Alternativa que me pareció más original que el resto. Acto seguido le tocó el turno a Juan Santos, por lo que comprobé, tan aplicado como siempre, y nos leyó los dos primeros capítulos de su futura novela cuyo protagonista, Matías, nos trasladó al ambiente rural que tan bien conoce y la alternativa de haber podido estudiar el bachillerato que su padre le negó… Desde luego que el primer capítulo podría haber quedado como un buen relato desde mi punto de vista y el segundo dejaba abiertos mucho frentes para trabajar… Entretanto también se hicieron referencias al boceto de Carlos Cerdán, aconsejándole que el narrador se separara del personaje, que tomara distancia para ayudarle a crecer… Con las lecturas y la crítica literaria me ubiqué en tiempo y espacio como si en realidad no hubiesen pasado los años desde que dejé de ir a las clases, y me sentí cómoda e integrada, mucho más cuando Blanca Armenteros, Mercedes Lázaro, Lourdes Chorro, Carmen Soteres y Yolanda López fueron tomando la palabra para repasar su proceso creativo, las dificultades, los logos, la amistad…
Todo resultó muy gratificante, entrañable y divertido. Por un espacio de tres horas del jueves en la fría tarde de Madrid, el tiempo se detuvo enzarzado en sonrisas, cariño y amistad.
Mientras bajaba caminando a casa meditaba sobre mi propia ucronía y lo que hubiese pasado de no haber dejado el taller hace ya, ¿cuántos años? ¿Estaría a punto de presentar mi primer poemario editado por Tierra Trivium el próximo martes 17 de diciembre a las siete de la tarde…? Me da la sensación de que no. Feliz, llegué a mi casa, entusiasmada por esta oportunidad que la vida me ha brindado.
Muchas gracias a todos por vuestra compañía.
María Isabel Ruano es miembro de la asociación Grupo de Escritores Primaduroverales. Es coautora de los libros Primaduroverales, cuentos (2007), Madrid Sky (2013) y 2056 Anno Domini (2018). Tiene publicados relatos en distintas antologías y libros de carácter profesional relacionados con la enseñanza. El 17 de diciembre presentará su primer poemario, Entre el asfalto y el mar, editado por el grupo Tierra Trivium.
No sé hasta donde llegaremos con nuestros proyectos de ucronía; que no significan, en ningún caso, arrepentimiento por lo hecho sino alternativas a lo sucedido. Pero estoy seguro de que va a ser divertido y una base para futuros proyectos.
Me gustaría repetir una clase como la del jueves pasado con caras de anteriores talleres, pero la vida continúa y los caminos se separan y si pueden volver a unir en cualquier momento.
Maria Isabel, nos tendrás que soportar en tu presentación poética, y en todas las que vengan detrás.
Un relato genial de una velada que estuvo muy completa, gracias Maria Isabel. Allí estaremos, en su presentación, con muchas ganas de leer tu poemario.
Muchas gracias por vuestros comentarios. No podría imaginar un acto tan importante para mí sin vuestra presencia.