Por: Lourdes Chorro

Este jueves volvimos a encontrarnos tras una Semana Santa de viaje interior. El explorador de Pura tenía fatiga pandémica y los correos de Dolores se habían dado a la fuga en busca del Spam. Fue una tarde de meigas, bueno eso se podría tachar de feminista, mejor de fantasmas o de apariciones, que son más genéricas. Y eso es lo que estoy buscando ahora mismo, una aparición que me escriba esta crónica. Las pantallitas del Zoom andaban un poco inquietas, iban y venían como ese nieto angelote de Carlos Cerdán que fue nuestra primera aparición. No nos hizo mucho caso porque tocar teclas le parecía mucho más interesante que mirar en la pantalla a una panda de veteranos que le llamaban como un coro de ángeles caídos. Creo que se quedó en la retaguardia escuchando el relato que su abuelo nos había escrito durante la Cuaresma, en ayunas para hacer penitencia por este mundo que hasta su Creador está planteándose abandonar. Y no todo queda ahí sino que planea sembrar su semilla en un planeta de otra galaxia, pero eso sí, no piensa volver a crear seres a su imagen y semejanza. Con esta experiencia, una y no más Santo Tomás. Y una voz con gorgorito de paloma nos iluminó: “Si el Altísimo, Todopoderoso, uno y trino tira la toalla, no sé qué vais a hacer vosotros solos, pobres mortales sin rosa”. El Espíritu Santo con sus siete lenguas de fuego nos rememoraba a Paco Umbral. Sólo espero que si alguien ajeno a Primaduroverales lee este galimatías de crónica no piense que Carlos sea “el interno dieciséis “A la sombra de un león” porque yo os confieso que estoy buscando un taxista que me ayude a estrellarme contra el Banco Central.

«Ya tengo echado el ojo a una galaxia, – continua El Padre – hay un planeta con posibilidades para empezar con una nueva raza humana. Y ahora lo haré con más sosiego, nada de acabarlo en seis días. Además, cuento con vosotros para que me ayudéis. El proyecto  aún está muy verde, aunque ya tengo algunas ideas: los nuevos seres no tendrán sexo. Ha resultado ser una fuente de problemas, todavía no he decidido cómo se van a reproducir, pero ya se me ocurrirá algo«

Como la brújula aérea del viento nos llegó el WhatsApp de Paco Plaza. Un WhatsApp con metawhasapp incluido que hizo que el vecino que a mí me recuerda a Jesucristo Superstar, subiera la persiana. Quizá porque él también anda buscando su móvil  perdido y presentía que Paco le iba a dar pistas de dónde encontrarlo. Le escuché reír con estas dos divertidas historias de personajes claros y bien definidos entre los que no faltan cuatro evangelistas, cómo no. Nos explayamos en nuestras divagaciones sobre la intrahistoria porque teníamos tiempo. Cuando acabamos sentí al vecino coger la mountan bike y salir pitando y a Pura confesar que se había caído de la bici.  Esto es nuestro pan de cada tarde de jueves. A otros les da por apuntarse al Kukusklan para pasar el día.

«Marcos: Aguarda / Voy con la lana a nieves / En nieves a horapi

Lucas: OK

Juan: OK

Marcos: Tíos no me dejéis aquí

Tu quieto Marcos

Me siguen, me pisan los talones / Cambio de planes  /  En Saturno a hora omega«

Pitidos, parecía que perdíamos nuestra conexión intergaláctica, pero no, era Juanjo Valle-Inclán que deambulaba por los distintos tiempos del capítulo de su novela para seguir con el hilo de ese manuscrito que lee su inspector en la butaca. Nos recordaba cómo muchos padres marcan la vida de los hijos llegando a escribir sus biografías. Claro que este personaje va a tener la posibilidad de vivir una ucronía en  la que cogerá las riendas de su historia. Y cómo no mucho tienen que ver un Lucifer de estatua de bronce y un diablo adolescente de carne y hueso que marcan y rompen la línea de su vida.

«El que luego se convertiría en Lucifer, pasión de muchos, temor de otros, se muestra atrapado entre unas serpientes que le impiden retornar al cielo, aunque él, por el gesto de reproche y de orgullo, parece no desearlo. Así me sentía. Parece que grita, seré tu enemigo, abogaré por el mal, sembraré de fuego la tierra que tú amas. La mirada hacia Dios. La mía hacia mi padre. . Cuando topé con aquella imagen, juro que giró su cara y que en ese momento mi cabeza se llenó de pensamientos llenos de envidia, de odio, de rencor, ideas que renegaban de mi estilo de vida. En ese momento era un crío y no los entendí, pero años después los descifré, e incluso los hice mío

Entre estas ficciones y metaficciones  la exotérica tarde acabó con la voz de Pablo Frías anunciando la buena nueva : su cirujano Topoderoso ha conseguido separar el grano de la paja y su colon ya puede comer panes de hogaza.

Por PDV

12 comentarios en «Una tarde de apariciones»
  1. Como glosar todas las virtudes de esta crónica celestial conllevaría un comentario de proporciones bíblicas, simplemente brindaré por Lourdes y su divina pluma (y un poquito por ese cirujano). Gracias por esta delicia.

  2. Cuando se lee lo bien escrito, da la sensación de que escribir es fácil. Todos sabemos que para hacer lo que hace Lourdes, hay que ser una artistaza como ella.

  3. Fabulosa Lourdes entre apariciones aunque tu te apareces allá donde vayas y siembras buenas cosechas que los demás recogemos en forma de crónica de relatos o de poemas, todo precioso. Las semillas de las que partes para la siembra son de gran calídad también, Gracias a todos, hasta al angel caído.

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