Un año más, una navidad más, un concurso de relatos más. Pero este año, la cosa iba de ucronías. El tema central versaba sobre ‘¿y si el niño Jesús hubiera sido niña?’. Tocaba, por tanto, darle a la creatividad, con el grado de reverencia o irreverencia que cada autor haya querido imprimir.
Lo primero el podio, que este año quedó constituido por unos escritores de postín, es decir: ganador, José Sáinz de la Maza; segunda Lourdes Chorro y tercero Vicente Moreno. ¿A que es un podio de caché? Luego hubo un cuarto clasificado, que ante la falta de espacio en un lugar diseñado solo para tres, tuvo el empeño particular de colarse en todas las fotos.
De los ganadores hablaremos un poco más tarde, que bien merecido se lo tienen. Ahora toca hacer referencia al esfuerzo creativo del todo el grupo (y de como se resolvieron las distintas ucronías) a través de los títulos de cada relato, que fueron puntualmente leídos, uno a uno, antes de proceder a las votaciones. El orden de los acontecimientos, más o menos, fue, o pudo haber sido, así:
“Si el niño Jesús hubiera sido una niña, hubiera traído consigo un equívoco entre una estrella y un ángel, provocando una auténtica revolución, que pudo generar grandes preocupaciones mientras se entregaba el consabido oro, incienso y mirra en un lugar en el que alguien estaba montando el belén. Toda esta representación pudo dar lugar a una curiosa reencarnación que vino a ocurrir en la primera navidad del soldado Cork, quien, curiosamente, tuvo noticias de un lejano lugar donde la gente usa el caganet como antigua tradición decorativa. Se estaba gestando, en fin, una noche movidita, en la que discutían Carmela y Mariano acerca de unas palomas. Al final, ante tal desconcierto, alguien se atrevió a gritar ¡Dios que cruz de noche!”
Volviendo a los ganadores, hay que empezar por nuestro querido compañero José Sáinz de la Maza y su texto ‘¡Dios que cruz!’ que resultó ganador. José, del que ya estamos acostumbrados a sus textos con gran hondura literaria, cuando se adentra en el terreno del humor, como es el caso, nos hace reír sin compasión. Me llega a la memoria un relato suyo de hace unos años en este mismo concurso, en que trataba de unos correajes y una cola de caballo. ¿os acordáis?
Un trozo de su ucronía navideña: “… De nuevo silencio y oscuridad absolutos. Después de la adolescencia que les dio a María y José, el padre creyó que todo se normalizaría hasta la resurrección. Pero en los últimos años las cosas van mucho peor que antes. Que si elegir los apóstoles en cremallera, que si a ver por qué la cabeza de la iglesia tenía que recaer sobre un hombre, que si por qué las tres Marías y no los tres Marios. Y ahora, precisamente en la víspera de su muerte, viene con que no quiere que la crucifiquen… ”
Lourdes Chorro, con su título ‘Reencarnación’ obtuvo el segundo premio. Con su estilo tan lírico, como siempre, no trajo una historia narrada por una recién nacida, pero con una voz adulta, como quien ya está de vuelta. El humor, mezclado ese estilo tan ‘lourdiano’ nos deleitó.
Un cachito de su particular ucronía: “… y San José me mira con arrobo, demasiado diría yo, que el hombre siempre se mantuvo en el papel que tenía encomendado. Y los tres magos más que reyes parecen abueletes, venga a besuquearme. Si hasta la mula y el buey me miran embobados. ¡Ay qué pena de esos pobres pastores y de las mujerucas mal vestidas que están ahí de rodillas! …”
Vicente Moreno, y su texto “La primera navidad del soldado Cork” obtuvo el tercer premio. Vicente, al que podíamos llamar ‘el deseado’ por esto de la escasez con la que presenta textos, a pesar de que cuando lo hace, lo hace, pero bien.
Un pedazo de su ucronía soldadesca: “… Arrullado por las voces armoniosas de las cantoras, notó que recuperaba la audición y su vista se posó otra vez en el cuadro del frente para observarlo con más detalle. Era una escena muy realista en la que una mujer que mostraba un rictus de sufrimiento por los rigores del parto, acababa de dar a luz a una niña que aparecía desnuda sobre un suelo de paja, junto a los restos de la placenta de la que provenía. A su lado un grupo de tres mujeres ofrecían varias ofrendas a la recién nacida. Al fondo unos jóvenes cuidaban de los camellos… “
En lo referente a los premiados, no voy a hacer referencia al cuarto clasificado, que aparte de colarse en todas fotos, le echó la culpa al ‘VAR’, que, según él, fue la causa de que no ganara, a la vez que maldecía a este artilugio tecnológico.
Después, todos a la cena. Una cena excelente, tras un trabajo arduo y difícil de nuestro compañero Paco Plaza. Más que una gestión de menú y la consiguiente reserva, parece que este año le tocó subir el Tourmalet.
Aajjgg, que no se olviden los dos postres. El primero, para todo el mundo, menos para uno “Mouse de mango, crujiente de arroz, helado de coco, tierra de frutos secos y suelo de arándanos”.
Y el otro para el ya citado cuarto clasificado, que vaya nochecita … “Piña osmotizada, macerada en néctar de cactus con bolsa al vacío y gel de menta con frutos secos y escerificaciones de papaya del Moncayo”.
Bueno, hasta aquí por hoy. Nos vemos el año que viene. Unas muy buenas y felices fiestas para todos y, por favor, sigan escribiendo.
Magnífica crónica, José Miguel!!! Y veo que te has lanzado también a engarzar los títulos de los relatos para crear uno nuevo!!! Enhorabuena!!! 👏🏼👏🏼👏🏼
¡¡¡Qué bueno José Miguel!!!!
Has estado «sembrao». Jajaja
Enhorabuena, qué grande.
Es un ejercicio interesante; Gianni Rodary lo proponía como «Qué ocurriría si…» y se han escrito muchas historias con ese detonador, la primera que viene a mi mente es Los Pájaros de Daphne du Maurier. Buenas historias, ¡saludos!
Una navidad, varias ucronías, dos postres y una suculenta crónica con engarce de títulos incluido… ¿alguien da más que este blog?
Enhorabuena José Miguel