Por: Juan Santos (crónica del jueves 7 de marzo de 2019)

Al principio de curso cuando dijo Pura que íbamos a hacer una wiki de relatos, yo entendí güisqui. Ahora me doy cuenta de que no iba mal encaminado. Tengo la sensación de que cada relato que escribimos es como si nos tomáramos un güisqui. No hay nada más que ver a los compañeros que ya se han tomado seis, lo contentos que están. El primero entra regular, pero cuando le tomas el gustillo, está muy rico y apetece tomarte otro y otro.

En la bebida como en la escritura, cada uno llevamos nuestro ritmo. Ayer, Lourdes iba con el tercero, María con el cuarto y Luis con el quinto.

El wiki de Lourdes Chorro titulado El lobo, nos llevó al misterioso mundo del lobo y la luna. Eskol Steinn es un artesano que quiere esculpir la luna. Lourdes fiel a su estilo con metáforas e imágenes poéticas, nos fue encaminando a un final desolador.

Y, como aquella otra noche, se acercó tanto a la luna que la eclipsó. No le hacía falta ver a Amandine, sabía dónde se ponía a diario seguro que con la esperanza de que no regresara. Esta vez ella no susurró sino que un titubeo de horror erizó su pelo, ahora plateado y su voz temblorosa tiritó. “Nooooo” Él respondió con un aullido de lobo devorador. Entonces por esa interacción gravitatoria constante entre la Tierra y la Luna, el eclipse se desvaneció.  Eskol dio un paso atrás y desapareció entre la espuma del rompeolas.

El wiki de María Sánchez con el título de El buitre negro americano, ya nos auguraba un final fatídico.  Raúl y Jennifer son una extraña pareja de turistas españoles que se ven involucrados en un terrible suceso en el Estado de Oaxaca, México. Un chaval de 13 años responsable de una pequeña embarcación, sale mal parado. La prosa sutil de María no defraudó, aunque a algunos nos hubiera gustado que Endica, el joven apuesto de treintaicinco años, hubiera tenido más protagonismo en el relato.

Pero Manny no podía soportar el peso de la situación, y la continua presión que recibía. ¿Qué niño de 13 años podría? Sabía que los cocodrilos solían estar únicamente en la desembocadura del río, donde el agua es dulce, y con su padre había nadado en varias ocasiones por la laguna, aunque también reconocía que no era seguro. Pero, finalmente, saltó al agua y demostró sus dotes de excelente nadador. Prometió regresar a buscarlos con la embarcación de un vecino, y con combustible suficiente para volver a la cabaña.

El quinto de Luis Marín llevaba por título Lo que la nieve dejó al descubierto. En un pueblo, aislados por la nieve, Emilio y su suegra Candela, se ven obligados a compartir espacio y tiempo en una chabola, en una situación incómoda. El pasado deshonroso de Candela y de su hija Juana, la mujer de Emilio, es recordado en un pasaje a modo de sueño. Luis nos hizo sentir el agobio de la incomunicación, hasta que por fin el tiempo mejoró.

Los pájaros trinaban en las ramas de las encinas que empezaban a despojarse del manto blanco. Del coche ya se adivinaba su contorno y el camino se distinguía en algunos tramos. – Si las nubes no tapan otra vez el cielo, quizá esta tarde puedas bajar al pueblo. Antes, si el tractor del Venancio empieza a abrir los senderos. Aquí nevadas como la de estos días no son muy frecuentes, pero alguna hemos conocido -le decía Candela mientras trajinaba por la finca. Con las manos enguantadas, Emilio empezó a limpiar los alrededores del coche, abrió la puerta y lo puso en marcha para que fuera haciéndose espacio entre la nieve que se deshacía lentamente con el calor del motor. Se repetía machaconamente en su cabeza aquella historia. En realidad, no sabía si se lo había contado Candela o sin tan solo era un sueño alucinante.

Solo se leyeron tres wikis, pero la tertulia fue tan intensa que apenas nos quedaron diez minutos para hablar del nuevo logo de la Asociación.

Como siempre, pasamos una tarde provechosa. Además estuvimos en un aula nueva, rodeando una mesa alargada y parecía propiamente que estábamos ya en el bar.

Juan Santos, 7 de marzo de 2019

Por PDV

7 comentarios en «Un buitre sobrevuela las huellas de un lobo sobre la nieve»
  1. Pero qué bien resumido, Juan. Con la atmósfera adecuada y tu estilo tan propio. Estáis que os salis en las crónicas y en todo. Qué manera de trabajar este año.

  2. Mi gratitud y admiración por nuestros cronistas que cada jueves redoblan sus esfuerzos para hacernos revivir el taller con tan buena pluma

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