Por: Alicia Gallego
La tarde de ayer dio para mucho, tanto que se nos pasó la hora casi sin darnos cuenta. Comenzamos con una nueva escena de la ucronía de Luis Marín. Su novela va tomando cuerpo despacito, manteniendo el tono en todo momento y aunque en esta escena apenas nos deja ver las emociones en sus personajes, podemos apreciar cómo todos ellos van cogiendo fuerza. Le pedimos que esta escena transcurra más lentamente, que el niño Manuel adquiera más presencia y que nos siga haciendo disfrutar con esta ambientación que tan bien sabe hacer.
“Manuel llegó corriendo y no pudo frenar su ímpetu hasta que traspasó la puerta entornada y fue a tropezar con la cama del enfermo que estaba en la planta baja.
-¡Manolín!- gritó Carmen sin poderlo evitar- eres un abanto, un día te vas a partir la crisma.”
El cuento de Susana de la Higuera titulado “Abnegación” nos presenta a una madre con síndrome de Munchausen por poderes, una enfermedad mental que la lleva a maltratar a su hija desde su nacimiento y siendo ella el verdugo, se nos muestra como víctima. En su muy buen proceso de crear intriga, Susana va creando tensión utilizando una primera persona en tiempo presente. Un soliloquio. Alguien le sugiere que revise el último párrafo para que siga el ritmo narrativo que aquí, parece un poco perdido.
“Desde que es muy pequeña soy yo la que la lleva al parque. Siempre ha sido una niña muy buena. Nunca protesta porque no la baje de la sillita como el resto de los críos. Ya no tengo que explicarle con dulzura que sus piernecillas no pueden sostenerla y que debe permanecer sentada, pero que su mami la cuidará siempre.”
“Los nadie” de Fer Jiménez es un cuento truculento con un personaje que, a pesar de su juventud, ha vivido tanto que parece estar de vuelta de todo. Este estupendo relato refleja un mundo marginal donde el basurero en el que viven, es llamado por sus habitantes “el Paraíso”. A Evelyn, la protagonista de esta historia, la lectura de libros le va a proporcionar una salida, una tabla de salvación. Al menos éso es lo que queremos todos, por ello le pedimos que revise el final y nos proporcione un atisbo de esperanza, que nunca viene mal.
“Su vida en Paraíso no era muy distinta de la que habían llevado su madre y antes su abuela. Pero Evelyn, a diferencia de ellas, sabía leer. Le había enseñado un joven camionero, al que pasados unos años, cobraba un libro por cada felación”
La novela de Lourdes Chorro sigue avanzando y nos lleva de regreso a Oviedo en un Opel Gran Capitán con Toño voluntariamente encajonado en el asiento de atrás. Ha colocado su maleta en el maletero, una maleta que le pesa tanto como su propio pesar, dice Lourdes, que con frases muy cortas y metáforas de las que tanto nos gustan, nos hace viajar en el interior de un coche que marcha despacio, desganado. Más que un viaje parece una huida, apunta alguien. Para dar cuerpo a la novela tendrá que ir pensando en los dos finales que, necesariamente, tiene que tener la ucronía, le señala Pura. ¡Ufff! , contesta Lourdes. Sonreímos.
“Su padre frena y acelera como los que nunca han aprendido bien a conducir. Le gustaría decirle que por una vez coja velocidad. Este año ha pasado volando de esa manera maravillosa que las águilas vuelan y, ahora está suspendido como una baribañuela”.
Esta crónica podía muy bien haberse titulado “Entre abantos y baribañuelas” dos preciosas palabras que nos han regalado nuestros compañeros y con las que he querido comenzar y cerrar esta reseña para que se nos queden grabadas muy adentro y las podamos disfrutar cada vez que queramos correr alocadamente o quedar suspendidos en el aire.
Alicia Gallego. 22 de Enero de 2021
Con estas crónicas, corres el riesgo que te las encargemos de forma vitalicia. Estupenda crónica.
Gracias Alicia.
Alicia, me apunto a la propuesta de Fer.
Qué gusto leer tu crónica y quedarme con el sabor a cariño que adereza tus palabras
GRaciasss
Muy acertados y muy bien hechos son los comentarios de la crónica de Alicia. Me ha gustado mucho y estoy de acuerdo con todo.
Gracias, Alicia. Opino como Fer, ¿no te reenganchas para sucesivas?
Perdón por la falta de ortografía ( involuntaria)
Quise escribir.;» ENCARGUEMOS».
Gracias.
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