En homenaje a este escritor norteamericano recientemente fallecido, Tom Wolfe (2 de marzo de 1930, Richmond, Virginia, EU – 14 de mayo de 2018, Manhattan, Nueva York, EU) incluimos esta entrada, para que le recordemos y rememoremos en el blog.

Esta es la segunda entrega, tras que hicimos el pasado sábado, sobre Philip Roth, que también nos dejó durante el pasado mes de mayo.

Sus libros —las novelas, los reportajes, los ensayos— son grandes fotografías de la sociedad norteamericana, con sus personajes llenos de matices”. Pero el gran mérito de Wolfe es que pone un espejo ante el lector: “Así es como creemos que somos, así es como queremos que nos vean, así es como somos en realidad”.

Sobre el autor de ‘La hoguera de las vanidades’ hace pocos días, y relacionada con su muerte, el diario el País realiza una elección de sus cinco obras fundamentales. Aquí están:

 

La Izquierda Exquisita & Mau-mauando al parachoques (1970)

La crónica de aquella fiesta que el compositor Leonard Bernstein ofreció en Nueva York en homenaje a los Panteras Negras para intentar comprenderlos y apoyarlos, confirma en este libro “al mejor Wolfe periodista”. El autor evidencia en este marco a “la élite neoyorquina rendida a los radicales” y mira con “el sarcasmo más feroz a las clases altas de buen corazón que se identifican con las causas perdidas”. Al final, son los jóvenes militantes los que se ríen de la ignorancia de los otros sobre la realidad que quieren ayudar a transformar.

El Nuevo Periodismo (1973)

Wolfe lo tenía claro cuando decidió publicar este libro: quería “dinamitar la novela tradicional y los autores dinosaurios, y sustituirlos por una forma distinta de narrar”. Esto era el Nuevo Periodismo. Y para demostrarlo, recopiló en este volumen varios textos suyos y de los mejores periodistas literarios del momento, como Rex Reed, Terry Southern, Nicholas Tomalin o Barbara L. Goldsmith. Sigue siendo un manual de referencia en la mayoría de las facultades de periodismo.

La hoguera de las vanidades (1987)

La labor de Wolfe no se limitó solamente a la no ficción. Esta fue la obra con la que dio el gran salto a la novela, en cuyas páginas retrata a la ciudad de Nueva York desde sus cloacas. Aquí “se atraviesa a toda velocidad la distancia que separa al cielo —el dinero y la fama— del infierno —la destrucción y el olvido—”. De esta historia surgió la popular expresión de “master of the universe (amos del universo)». Parece que estemos viendo a Tom Hanks (Sherman McCoy) caminando altivo entre los pasillos de sus oficinas en Wall Street, en la película que dirigió Brian de Palma basada en esta obra.

Lo que hay que tener. Elegidos para la gloria (1988)

Este gran reportaje nos introduce en las entrañas de la más grande aventura del ser humano en el siglo XX: la conquista del espacio. Pero la gran aportación narrativa del autor está en su punto de mira: “¿Quiénes eran y de dónde salían los astronautas, los protagonistas?”. Todos provenían del mundo de los pilotos de pruebas; eran bravos vaqueros que en las máquinas del futuro pasaron a tener condición de autómatas y conejillos de indias.

Todo un hombre (1998)

Si en La hoguera de las vanidades disecciona Nueva York, en esta novela Wolfe pasa el bisturí por la ciudad de Atlanta, capital del estado de Georgia. En esta urbe, una de las más pobladas de Estados Unidos, “el conflicto racial aparece y desaparece” en la historia del país siempre “acompañado de sexo, violencia, quiebra financiera y corrupción inmobiliaria y política”. Nuevamente relucen en esta historia la grietas de una de las metrópolis más importantes de EE UU.

Por PDV

4 comentarios en «Tom Wolfe, homenaje»
  1. Muy buen enfoque el de las dos entradas de homenaje a los grandes autores desaparecidos, José Miguel. Por sus obras les conoceréis…

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