De pronto eres testigo de la conversación de dos amigos. Hablan de literatura y por un momento deben de tener la sensación de que están solos, y todos los presentes comparten la misma sensación porque sin saber cómo se han convertido en testigos silenciosos de su conversación. Eran Raúl Clavero y Santiago Eximeno en la presentación del libro Ausencias, el primer libro de Raúl Clavero.
Empezaron su charla contando que se conocieron en el certamen Madrid Sky. Dijo Santiago que cuando estaba oyendo la lectura del relato de Raúl, pensó que este sería el ganador. Pero no, el ganador fue Santiago Eximeno. Volvieron a coincidir poco después en otro certamen literario, en Aranda de Duero, y volvió a resultar ganador Santiago. Así se forjan las amistades. Compartiendo experiencias y tardes hablando de las cosas que unen. Ayer compartían mesa en la librería Lé, en la presentación de Ausencias, y estuvieron sencillamente brillantes cuando se adentraron en el mundo del relato. Santiago es especialista en escribir relatos de ciencia ficción y fantasía, Raúl viene del mundo de los guiones y comenzó escribiendo relatos siempre en tiempo presente por deformación profesional. Los dos coincidieron en que si hay que decir algo es mejor hacerlo con pocas palabras, de ahí también su gusto por escribir microrrelatos.
Ausencias es un libro de personas desaparecidas, de personas que faltan en la vida del protagonista. No es un libro fácil. Reunir veinte relatos con una temática común no es fácil. Sin embargo Raúl Clavero lo ha conseguido en Ausencias. Le ha salido un libro duro, difícil, un libro que emociona cuando se lee en voz alta para un público, como sucedió en Béjar, aunque el autor quiera mantener la distancia con el texto. Y siguieron hablando Santiago y Raúl sobre la dificultad del conflicto, el agotamiento de los temas, el tránsito a la novela, el mundo de los concursos… Y se dijo lo que había que decir con pocas palabras, como si la conversación se hubiera condensado en un relato, y dejaron a todos los que estábamos escuchando su conversación un dulcísimo sabor a literatura en los labios y en los oídos y ganas de llegar a casa para comenzar a leer Ausencias.
Según lo cuentas, el acto debió ser una delicia. Gracias, Manuel
Le deseamos mucha suerte a Raúl con su libro. Los buenos escritores merecen además tener suerte. Y Santiago en la presentación… Esto de no ser ubicua, es lo que tiene… Felicidades a los dos.