Por Sara Nieto

Peces de ciudad buceando en un vasoDice Enrique Darriba que el bar, sobre todo si es pequeño, es como un teatrillo en el que los parroquianos son la compañía de actores que representan cada día su función con ligeras variaciones. El tabernero actúa como maestro de ceremonias parapetado tras la barra. Desde esa posición de testigo forzado a prestar asistencia a los integrantes de las escenas orquesta los dramas o comedias que se suceden a diario en esas cuatro paredes, remedo del universo más cotidiano. Y creo que no ha podido ser más acertado en su descripción de esos modernos confesionarios, donde todos vamos a despojarnos de los temores que nos atormentan.

Enrique Darriba (Madrid, 1965) es un poeta. Enrique además es un pintor consagrado. Y a partir de su novela «Los buenos tiempos» Enrique Darriba también es novelista. La editorial Legados recoge en su colección La Kermessse Heroica la primera obra novelada del autor, a la sazón vecino de Leganés, donde el día 21 de octubre tuve el placer de asistir a su presentación. A una que además de darle a esto de la tecla, también es bibliotecaria, la elección del marco para el evento le pareció incomparable y un acontecimiento ya en sí mismo: la Biblioteca Central de Leganés. Espléndida, por cierto. Me permito hacer este inciso porque tanto Enrique como yo somos vecinos y usuarios y porque supongo que a ambos nos asombra el dato de la demora en la finalización de las obras de dicha biblioteca. Sin llegar a cubrir el espacio temporal que abarca la novela desde los setenta hasta ahora, tampoco se queda atrás la historia de su construcción, puesto que también se puede contar en decenas de años desde que se puso la primera piedra allá por el año 2008. De cuántas conversaciones habrá sido protagonista el edificio en cueros que languidecía durante ese largo tiempo en las tertulias de los bares aledaños.

Pero volvamos a lo que nos interesa. Como decía, Enrique además de escritor es pintor y eso se nota cuando se lee «Los buenos tiempos». Se nota porque maneja la pluma como maneja el pincel. Con destreza, sin trazos dubitativos y eligiendo los tonos precisos para darle la luz y el color adecuado a cada escenario, a cada personaje que dibuja. No es una novela lineal al uso con la estructura que tanto nos machacaron en la escuela (presentación, nudo y desenlace). Es más bien un mosaico de aquellos «buenos tiempos» en los que se sucedían momentos históricos, como la famosa Movida, los años de la transición a la democracia, los últimos coletazos de una España adormecida y nostálgica. Pero también los años que les correspondieron vivir a una serie de personas corrientes, con sus vidas prosaicas ajenas a los tan cacareados acontecimientos de la Historia. Las anécdotas de estas gentes componen las teselas, como cientos de microcosmos, que juntos forman el mosaico en el que el lector observa los avatares de personajes afanados en vivir como mejor saben o pueden, en trabajar para sacar a la prole adelante, en estudiar, en emborracharse, en divertirse, en engancharse al caballo, en follar con prostitutas o incluso en enamorarse. Y todo esto con una pátina de sarcasmo no sin cierta poesía y hasta humor. Reflejado en el espejo del bar de Pedro, que como una enorme pecera llena del agua más sórdida y gris del Madrid o el Leganés de los ochenta, permite ver a esos peces transitar como si realmente fuesen a alguna parte.

Porque como bien dice su autor, esta novela habla de muchas cosas, y una de ellas son las jaulas personales que a todos nos habitan. En palabras del propio Enrique «unos no ven los barrotes, otros sí los ven y se rebelan y muchos otros echan a andar y cuando se dan de bruces con ellos se deprimen». Pero todos vuelven una y otra vez a pasar por delante del escaparate de un bar y representan su correspondiente función.

 

 

Foto Sara Nieto Yuste (2)Sara Nieto

(Madrid. 1974) es Diplomada en Biblioteconomía y Documentación y Licenciada en Periodismo. Desde 2004 compagina su trabajo como bibliotecaria con la escritura.

Administra el blog de literatura “Cuentos contigo” donde escribe a menudo y donde se pueden consultar sus trabajos más recientes. Ha publicado en solitario Paraguas de colores para días grises (Ed. Sar Alejandría, 2018), además de numerosas obras recogidas en diversas antologías de relato corto y microrrelato.

Por PDV

6 comentarios en «Peces de ciudad buceando en un vaso. Por Sara Nieto»
  1. Sara, después de leer tu recensión es imposible resistirse a ese mosaico de aquellos «Buenos tiempos».
    Gracias por hacernos pasar un rato tan estupendo con ella

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