Por: Alicia Gallego 

Marie Gouze nació el 7 de mayo de 1748 en Montauban (Francia) en el seno de una familia burguesa. Más tarde esta escritora, filósofa, dramaturga y panfletista, profundamente feminista y revolucionaria, sería conocida con el seudónimo de Olympe de Gouges.

En 1785 escribió una de sus obras más conocidas: “La esclavitud de los negros”, que no fue publicada hasta 1792, y con la que pretendía hacer visible la condición de los esclavos negros. Por ello fue considerada como una figura importante dentro del movimiento abolicionista y encarcelada  por el enfrentamiento que le supuso con la corte de Versalles y con las grandes familias nobles, enriquecidas con la trata de esclavos. Más adelante escribió otros ensayos sobre el mismo tema, «Reflexiones sobre los hombres negros” y “El mercado de los negros”, donde denunciaba de manera contundente el colonialismo y el racismo y por los que fue profundamente admirada por los principales dirigentes del movimiento abolicionista de la época.

A lo largo de su vida publicó trabajos de un enorme calado feminista y revolucionario, así como una gran cantidad de panfletos en los que mostraba un amplio programa de reformas sociales, en los que preconizaba avanzadas medidas de índole social, tales como la creación de casas de acogida  para personas de cualquier edad en desamparo, reformas fiscales con impuestos progresivos, impuestos sobre el lujo desenfrenado, educación pública para hombres y mujeres, distribución de tierras entre los más desfavorecidos y planes y medidas de fomento del empleo que incluyeran a viudas y madres solteras.

En 1791 publica el texto por el que pasará a la posteridad, la “Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana”, diecisiete artículos en los que defiende la igualdad absoluta entre mujeres y hombres en todos los aspectos, tanto públicos como privados. La parte final del texto es la propuesta de un contrato social entre el hombre y la mujer, absolutamente avanzado, que se asemeja a la actual declaración de pareja de hecho. Una declaración de principios expresada con una sorprendente modernidad, por la que tuvo que enfrentarse a la misoginia habitual de la época y el descrédito e incomprensión por parte de muchos de sus contemporáneos. En el artículo diez, Olympe escribió “Si la mujer puede subir al cadalso, también se le debería reconocer el derecho a poder subir a la Tribuna”.

Firme defensora de la separación de poderes, apoyó en un principio la monarquía constitucional, pero al poco tiempo, se adhirió a la causa de los girondinos. En defensa de éstos, publicó un panfleto titulado “Las tres urnas”, en el que defendía sus ideales y expresaba sus críticas sobre el poder y la corrupción de los revolucionarios de la época del Terror. Robespierre mandó detenerla, y sin proporcionarle ningún tipo de defensa judicial, ella misma se defendió con gran valor e inteligencia, el tres de noviembre de 1793, ordenó guillotinarla. Estando encarcelada denunció esta situación en su panfleto “Olympe de Gouges en el tribunal revolucionario” y “Una patriota perseguida”. Fueron sus últimos textos.

Días después, su compañera Manon Roland, feminista y abolicionista como ella, también sería guillotinada. Ninguna pudo defenderse, ninguna subió a la Tribuna como exigía  Olympe en su Declaración.

Su obra, despreciada por sus compañeros intelectuales que rechazaban la idea de una ideóloga revolucionaria, cayó en el olvido durante todo el siglo XIX, y no fue hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, que Olympe de Gouges, fuera reconocida como una de las grandes figuras humanistas de Francia de finales del siglo XVIII,  y un personaje emblemático para la historia del movimiento feminista.

Alicia Gallego G.

7 – Marzo – 2019

Por PDV

12 comentarios en «Olympe de Gouges»
  1. Muchas gracias a tod@s vosotr@s por vuestros comentarios y un agradecimiento sin límites a todas las valientes mujeres que lucharon y luchan por tod@s nosotr@s.

  2. Muchas gracias a tod@s por vuestras cariñosas palabras y un reconocimiento sin límites a todas las valientes mujeres que lucharon y luchan en el mundo entero para hacer de él un lugar más igualitario para todos. Un abrazo

  3. Magnífica aportación, Alicia, para el día de la MUJER. Como estoy medio desaparecida me entero de todo con retraso, pero cualquier momento es bueno para recordar a tantas y tantas mujeres admirables.
    enhorabuena y gracias.

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