No vayáis a creer que por haber analizado solo dos textos en el taller de ayer la crónica resultaría fácil. No. Si mencionamos en este foro a Sainz de la Maza, todos sabemos quién es y, más o menos, lo que esperamos cuando nos presenta sus creaciones; la expectativa siempre es alta. Si hablamos de Murakami aparecerán ciertas dudas sobre cómo leer de sus obras o que, posiblemente, nos veamos algo confusos sobre si lo hemos comprendido bien o, por el contrario, nos dedicamos a disfrutar cuando nos zambullimos en lo que escribe.
Al final, da igual. La crónica no está siendo fácil, porque que no hay suficiente espacio ni tiempo para recoger aquí, en cantidad y calidad, una buena síntesis de todo lo que se comentó a lo largo de dos horas, que resultaron cortas. Pero como quien no quiere la cosa, ya van dos párrafos y este cronista no ha hecho mención, aún, a los contenidos, ya atisbados, que se analizaron ayer.
José Sainz de la Maza, después de esta pausa pandémica, re-inició su proyecto de novela con ucronía, que quedó interrumpida allá por el mes de febrero. Trajo al taller su segunda parte del capítulo segundo. El nos dijo que el texto se titulaba “La luz acaramelada de las farolas de la Avenida Oms”. Esta avenida estaba, y está, siendo transitada por Eva Yarina, uno de los personajes de una noche muy larga, una noche hecha para insomnes. Eva se encamina hacia un “allnight” donde, suponemos, quiere dar un giro a su vida. En ese paseo corto, pero que por su lentitud se hace largo, casi como un viaje iniciático, es previsible para el personaje, va dibujando lo que vemos y lo que intuimos, pero también hay asuntos que ni si quiera intuimos, pero creemos, o incluso deseamos, que estarán en la sucesión de horas de esta noche que se avecina en “Club Pickwick”. La intriga con que nos va engatusando José, queda abierta y entre otras cosas que esperamos, está la futura, o no, relación de Eva con los Cuvex que se ubican en el interior del Pickwick. Ya se verá. No sé si alguien se estará mordiendo las uñas. Mientras tanto, ahí una pequeña muestra del paseo por la Avenida Oms:
“Lo primero que llama la atención de Eva de la persona que atiende la barra son los tatuajes de sus brazos. Seres fantásticos quizá asociados a alguna tradición que ella desconoce. Serpientes, dragones, estrellas, medias lunas… A pesar de que apenas le queda algún centímetro de sus brazos sin tinta, su presencia no la intimida, al revés, le parece un buen tipo. Y eso la extraña, porque siempre ha sentido rechazo por los tatuajes. Se le ocurre a Eva que tal vez no le transmita el desdén o la inquietud habituales porque sus tatuajes no son monocromos, sino todo lo contrario. Las figuras que parecen torturadas en sus musculosos brazos, están coloreadas y sus azules, verdes y amarillos parecen dulcificarlas, asemejándolas a grabados orientales”
En este taller pasan cosas interesantes, a veces extraordinarias. Por las razones que fueran, coincidieron uno de nuestros mejores escritores, José Sainz de la Maza, con la presencia de Murakami. Leímos y analizamos “La chica perfecta”. Y mirad por donde, una curiosa contraposición de la noche, larga para insomnes del primero, con una bonita mañana de abril, que es como comienza el cuento corto del autor japonés.
Un largo debate, opiniones, alguna controversia. Bueno, pues una tarde más en el taller analizando un texto de los grandes. Pareció quedar claro que había dos partes el cuento, o incluso tres. Nos pareció a la mayoría sencillo y claro de leer, pero el cuento, la primera vez que se lee, te puede impresionar el final. Porque podría parecer que la historia es solo eso, una invención, que al protagonista se le ha ocurrido después de haber visto a la chica. Pero podría, también, no ser lo que realmente que ha pasado. Da que pensar, porque se podría decir que es la historia que ha contado el protagonista proveniente de su imaginación, no de lo que realmente podría haber pasado. Esto es parte del juego. ¿Si? ¿O no? Da que pensar. Para ilustrar, o para distraer o para confundir, o para quien sabe qué, ahí va una parte de “la chica perfecta” del tal Murakami:
´Mientras conversaban sentados, sin embargo, una pequeña, pequeña sombra de duda enraizó en sus corazones: ¿Estaba bien que los sueños de alguien se hicieran realidad tan fácilmente?
Y así, cuando se produjo una pausa momentánea en su conversación, el chico le dijo a la chica: “Vamos a probarlo para nosotros una vez. Si realmente somos el amor perfecto del otro, entonces alguna vez, en algún lugar, nos encontraremos otra vez sin duda. Y cuando pase, sabremos que somos la pareja perfecta, y nos casaremos. ¿Qué piensas?”
“Sí,” dijo ella, “eso es exactamente lo que deberíamos hacer.”
Y entonces se separaron, ella fue al este, y él al oeste’
Que todos vosotros lo paséis bien, que leáis, que escribáis, tanto si es en noches para insomnes o mañanas bonitas de abril o en una tarde de mayo como la de ayer. Hasta la semana que viene amig@s.
Vaya José , qué pena habérmelo perdido ,aunque tu crónica es tan buena que me hago buena idea del desarrollo del taller. No me cabe duda que tu tocayo » es también un maestro. He leído el capítulo y es genial. Igual que tu crónica. Gracias.
Vaya lujazo de tarde, José y Murakami. Ahí es na. Siento habermela perdido, pero con esta crónica ya me la he perdido menos.
Gracias Jose Miguel.
Sin desmerecer a Murakami, me gustó mucho el capítulo de Jose, muy redondo.
Buena crónica, José Miguel. Estamos de lujo, bueno, como casi siempre, en este taller virtual.