Por: Alicia Gallego                                        

Mujeres que luchan

En este 8 de Marzo quiero hablar de Flora Tristán, una de las grandes fundadoras del feminismo temprano, firme defensora de la emancipación de la mujer y de los derechos de los trabajadores.

Flora Celestina Tristán y Moscoso Lesnais, nació en París el 7 de abril de 1803, hija de Thérése Lesnais y del aristócrata peruano Mariano de Tristán y Moscoso, quien jamás reconoció legalmente a su hija. A la edad de cinco años fallece su padre, y ante la imposibilidad de heredar los bienes paternos, Flora y su madre se trasladan a París donde vivirán en condiciones penosas en un barrio marginal.

A los dieciséis años entra a trabajar como obrera en un taller de litografía y con diecisiete contrae matrimonio con André Chazal, dueño de la empresa. De esta unión nacerán tres hijos, la pequeña de ellos, Aline, será la futura madre de Paul Gauguin. El matrimonio termina disolviéndose a causa de los malos tratos de su esposo hacia ella.

El 7 de abril de 1833, Flora se embarca con destino a Perú con el objeto de reclamar su herencia a su tío, el cual accede únicamente a pasarle una pensión mensual. Un año más tarde regresa a Europa y se establece en Liverpool. De sus experiencias en Perú, saldría publicado un diario de viajes titulado Peregrinaciones de una paria.

De regreso a Francia, Flora emprende una campaña en contra de la pena de muerte y a favor de la emancipación de la mujer y de los derechos de los trabajadores. En Septiembre de ese mismo año, André, de quien había conseguido la separación legal y custodia de sus hijos, intenta asesinarla disparándole en plena calle.

En 1840 publica un programa en La Unión Obrera, donde aboga por la unidad universal de los trabajadores  unida a la emancipación de las mujeres, convirtiéndose así en la primera escritora que habla de la lucha de los proletarios y  de socialismo.  Por todo ello es declarada  firme defensora de altos ideales por Marx y Engels.

El pensamiento feminista de Flora Tristán se basa en la igualdad de los seres humanos, es por eso que su lucha a favor de la igualdad de los derechos de la mujer, pasa por conseguir una sociedad más justa e igualitaria, siendo imprescindible para ello, la creación de un Partido Obrero. En Unión Obrera escribiría: “El mejoramiento de la situación de miseria e ignorancia de los trabajadores es fundamental porque todas las desgracias del mundo provienen del olvido y desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescindibles del ser mujer”. “La Ley, la Ciencia y la Iglesia marginan intencionadamente a la mujer  de la educación y la destina a ser obediente y dependiente, condenándola a una situación de inferioridad con respecto al varón.” En Mi vida, recoge la opresión que supone para las mujeres el matrimonio, calificándolo como “el único infierno que reconozco”.

Para Flora es imprescindible la educación de las mujeres obreras para mejorar intelectual, moral y económicamente a la clase obrera y, por ende, a su emancipación. “La Ley que esclaviza a la mujer y la priva de instrucción, os oprime también a vosotros, varones proletarios”, describía en Unión Obrera, adelantándose así al Manifiesto Comunista. Solo así, proclamaba, se conseguirá una sociedad más próspera y justa. “Obreros, si queréis salir del estado de miseria en el que estáis, instruíros.” En Paseos en Londres, realiza una de sus más duras aseveraciones:”La esclavitud no es a mis ojos el más grande de los infortunios humanos desde que conozco el proletariado inglés”

Flora Tristán dirige su discurso en sus múltiples escritos, al trato injusto y vejatorio que sufren las mujeres obreras en sus múltiples funciones, ya sea como madres, esposas, amantes y trabajadoras, debido fundamentalmente a su nula educación.” Negar la educación a las mujeres las lleva a su explotación económica”. Pero Flora no se queda ahí, sino que aboga por un sentido de justicia universal, de los oprimidos sin distinción de sexos. Sus tesis feministas le han garantizado un puesto en la historia del pensamiento.  Flora Tristán muere en Burdeos a los 41 años de tifus mientras viaja por Francia promoviendo sus ideas revolucionarias. De ella es la célebre consigna “Proletarios del mundo, uníos.”

Mujeres que cuidan

Y también quiero hablar en este día de la mujer, de de María Garrido Rodríguez nacida en Cabra, Córdoba, el 14 de Junio de 1931. Cuando su madre fallece, María tiene 22 años, toda una vida por delante y muchos sueños por cumplir, pero todo se trunca al tener que ocuparse del cuidado de sus tres hermanos y hermana pequeña, de su padre y de un tío soltero que vivía con ellos. Dolores, la mayor de todos ya estaba casada y  formando su propia familia, así que se entiende que María es la designada como sustituta de su madre en el cuidado de todos. Y cuidando a unos y a otros ha pasado la vida, ahora cuenta con 90 años y sigue atendiendo a su hermana Dolores de 93 y con el deseo intacto de arropar a todos los hijos y nietos de ésta, a los que trata como suyos propios. María es una de las mujeres más admirables que conozco, siempre de buen talante, siempre generosa en el esfuerzo tremendo que ha derrochado a lo largo de su vida. Siempre espléndida en el cariño.

¿Es el cuidado por parte de la mujer una responsabilidad asumida como algo natural? ¿Por qué la responsabilidad de ser cuidadora recae principalmente sobre las mujeres? ¿El cuidado es una cualidad femenina o es una obligación adscrita a un rol de género?

Según un artículo publicado por los doctores María Moya Nicolás e Ismael Jiménez Ruiz, nuestra cultura, nuestra moral cristiana, nuestra costumbre, es que el cuidado de nuestros familiares recaiga como una obligación moral fundamentalmente en la mujer, y aunque en ocasiones, son varios los miembros de la familia los que atienden a un familiar, en la mayoría de los casos, el peso principal recae sobre una mujer.

El entendimiento del cuidado como algo natural e inherente del rol femenino, nos lleva a pensar en una división discriminatoria por razón de sexo, comprendida en un contexto de patriarcado dominante. El cuidado por parte de la mujer es entendido como algo femenino, natural.

La responsabilidad del cuidado cotidiano de nuestros mayores y dependientes conlleva una dedicación tal que llega a provocar serios problemas salud y estrés en la mujer, una responsabilidad que crea una doble (persona cuidada y familia) o triple carga de trabajo inabarcable (persona cuidada, familia y trabajo), que favorece el deterioro físico por el descuido que conlleva el anteponer el cuidado de otros al suyo propio.

En múltiples ocasiones la cuidadora, con el fin de atender las necesidades de los familiares dependientes, debe de abandonar el trabajo remunerado, lo que da lugar a una falta de independencia y a un empobrecimiento, volviéndolas  más vulnerables al aislamiento y exclusión social.

Cuando hablamos de mujeres cuidadoras, hablamos  generalmente de mujeres de unos 50 años de edad,  con ocupación laboral remunerada o sin ella, a la que esta sociedad en la que vivimos, ha creado un sentimiento, una obligación naturalizada hacia el cuidado de los familiares.  Que las mujeres  poseen propiedades de solidaridad y abnegación mayores que los hombres, es el argumento esgrimido para hacer que sea natural esta obligación del cuidado.

No voy a extenderme en lo que considero una necesidad de reflexión por parte de todos en la implicación general de las tareas del cuidado, pero estoy de acuerdo con el estudio realizado por los  doctores Moya y Jiménez, que aunque el número de hombres cuidadores va en aumento y su implicación en el cuidado es cada vez mayor, se hace necesario plantear nuevas formas de organización socio-económica en las que en el cuidado familiar, impere la equidad de género y no una asignación impuesta como una elección lógica por el hecho de ser mujeres.

Alicia Gallego G.

8 de Marzo de 2022

Por PDV

16 comentarios en «Mujeres que luchan y mujeres que cuidan: Flora Tristán y María Garrido Rodríguez»
  1. Como dice Mafalda: «Tengo una duda, si el 8 de marzo es el día de la mujer ¿los restantes 364 días son para la fiesta del hombre?». Se ha avanzado mucho, pero todavía queda un largo camino para acercarnos a la igualdad. Hoy, en el siglo XXI, en lugares como Afganistán la mujer no tiene acceso a la educación. Gracias por esta aportación.

  2. Cómo me gusta leer tus textos de los días 8 de marzo. Muchas gracias por informarnos mediante casos tan concretos de lo que ha pasado y sigue pasando y por recordarnos el trecho tan largo que queda por recorrer para conseguir la igualdad. Qué grande eres Alicia.

  3. Muchísimas gracias Alicia por dar visibilidad a estás mujeres tan generosas y valientes. Tú también demuestras generosidad contando estás historias de esa manera tan atractiva. Estoy de acuerdo, María es admirable (me he emocionado con este artículo).

  4. Gracias Alicia por tus textos en tan señalado día. Muy acertadas tus reflexiones sobre el papel de cuidador y la mujer. Es cierto que vamos avanzando en la igualdad, pero más lento de lo deseado. Lo malo es que en algunos grupos de jóvenes en la actualidad aún se observan comportamientos preocupantemente machistas.

  5. Muchas gracias, Alicia, por traernos a primera página a esta mujeres modelo, pioneras en los derechos de la mujer. Cada vez falta menos para que consigáis vuestros objetivos. Contad con mi apoyo.

  6. Gracias, Alicia. Toca insistir, insistir. Y hacer este pequeño homenaje a estas dos mujeres es lo menos que podíamos hacer. Creo que todo el grupo nos sentimos representados con lo que dices.

  7. Alicia, gracias por este texto. Tu feminismo militante es un ejemplo a seguir. Es cierto que se ha avanzado pero aún queda mucho camino por recorrer. Y no hay que cejar en el empeño de llegar a una igualdad sin paliativos. Por desgracia, avanzar un paso cuesta un enorme trabajo y retroceder, sin embargo, es muy fácil.

  8. Flora, María. dos mujeres con mayúscula como muchas otras casi siempre desconocidas, pero para eso contamos contigo Alicia, para que las saques del anonimato
    Graciassss por no olvidarte de hacerlo

  9. Gracias Alicia por acercarnos a Flora y a María, dos ejemplos de enorme generosidad y solidaridad con las mujeres y con las personas más desposeídas.

  10. En estos tiempos de sobreexposición pública de las vanidades (y banalidades) humanas, se hace aún más necesaria la implicación de personas como Alicia, que con sus palabras brillantemente engarzadas dan voz a quienes no la han tenido, el ejemplo de María, o nos traen a la memoria personalidades poderosas como Flora Tristán. Muchas gracias, Alicia.

  11. Gracias, Alicia, esperaba tu aportación al 8 de marzo que, como siempre, es buena y con personajes muy bien elegidos. Siempre en la brecha.
    Un abrazo muy fuerte

  12. Alicia, gracias por estar aquí cada 8 de marzo. Parece que avanzamos, pero qué poco, qué invisibles todavía. Y con un poco de viento en contra, lo ganado se hunde. No desfallezcas nunca.

  13. Parece increíble que a estas alturas bien entrado ya el siglo XXI, haga falta seguir reivindicando a mujeres que cómo estas que nos presenta Alicia son pilares indiscutibles de nuestras sociedades. En fin, habrá que seguir insistiendo hasta que ya no sean necesarios los 8-M.
    GRACIAS Y ENHORABUENA, ALICIA.

  14. Gracias por la entrada, es muy importante seguir sacando a relucir lo que la historia ha mantenido escondido durante siglos: la historia de las mujeres. Que también escribieron la Historia. Y nada queda de todo ello, como diría la escritora Virginia Woolf.

    Pero sí que queda.
    Solo tenemos que recordarlo cada vez que sea posible.

    Flora saco a relucir un tema que actualmente todavía hoy no ha sido ganado en batalla: la emancipación economía de la mujer para tener su independencia, para ser ella misma y lo que quiera ser, también tiene que ver con ello lo de la famosa frase tener una habitación propia.

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