Por: Vicente Moreno
La última película de Alejandro Amenábar evidencia el progreso técnico de su cine desde el punto de vista fílmico. Una extraordinaria fotografía de Alex Catalán, patente desde el plano inicial de una bandera descolorida que se va revelando en los tres colores de la enseña republicana, hasta les escenas de interior de las habitaciones oscuras en la casa de Unamuno o las dependencias de la Universidad de Salamanca. También destaca un gran trabajo de ambientación histórica demostrando que la industria española puede rodar grandes superproducciones equiparables a cualquier cinematografía.
Sobresale el gran trabajo de los actores Karra Elejalde como Unamuno en un registro más contenido de lo habitual en él y Eduard Fernández que desaparece en el papel del histriónico Millán Astray, sin desmerecer la actuación del resto del reparto. Para el guion Amenábar ha contado en esta ocasión con el cubano Alejandro Hernández, ganador de un Goya al Mejor Guión Adaptado por “Todas las Mujeres” en lugar de su colaborador habitual Mateo Gil.
Los espectadores que esperen ver una película de guerra con batallas y bombardeos se verán defraudados porque el objetivo de su autor no es tanto dar su versión sobre el conflicto, como reflexionar sobre el papel del intelectual inmerso en él. No se ven matanzas ni fusilamientos en pantalla aunque se habla de ellos y aparecen cadáveres en las cunetas. La narración de Amenábar es fría, objetiva pero no equidistante entre los dos bandos, el relato de los entresijos del golpe de estado de Franco muestra un grupo de militares más interesados en conseguir el poder que en las consecuencias de iniciar una guerra civil. Del bando republicano no aparece ningún dirigente importante pero su punto de vista está representado por los personajes del cura anglicano y el catedrático socialista. Y entre los dos bandos se erige la figura de Unamuno como la representación del intelectual, comprometido sólo con la razón.
El escritor y ensayista vasco es el protagonista de la película, en la que vemos su evolución desde la aceptación inicial del golpe de estado, que él supone va a ser un golpe de timón a la deriva socialista del gobierno del Frente Popular que le había destituido de su cargo de Rector de la Universidad, hasta la denuncia final a los golpistas que le valió una nueva destitución por parte de los franquistas.
Es, por tanto un relato de la vertiente política del escritor pero también de la biografía personal de este hombre lleno de contradicciones, lo que se refleja claramente en su obra literaria, en su relación con sus hijas y nieto, o con las esposas de sus amigos represaliados. Es este ámbito más cercano y familiar destacan los personajes femeninos que, como en todas las guerras, sufren las consecuencias de las guerras iniciadas por los hombres.
Vicente Moreno
Menudo análisis Vicente. Enhorabuena.
La he visto y me ha parecido interesante.
Asi me gustan a mi las reseñas, con clase, aunque de Vicente no me esperaba menos.
Estás hecho un profesional, Vicente. Una reseña magnífica y muy bien documentada.
Un lujo de análisis y de reseña. Tengo muchas ganas de ver esta película. La equidistancia de la que se habla acarrea seguramente esta sensación de frialdad en la película.
Enhorabuena Vicente por la brillante y precisa reseña.
He esperado a ver la peli para comentar la reseña y creo que está estupenda. También me ha gustado la peli mucho. Eres todo un crítico de cine, Vicente.
Después de haber visto la película entiendo mucho mejor la reseña. Yo destacaría un nombre: Alejandro Amenabar. Mientras dure la guerra es un golpe duro para todos aquellos que critican el cine español.
Gracias, Vicente. Todavía no he visto la película y he leído comentarios contradictorios. Sien embargo me animas a ir a verla. Y eso haré.
Me encanta que se cuentes cosas en el blog.
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