Esta crónica, por primera vez en lo que va de era modera, incluye dos días del taller literario, los correspondientes al 23 y al 30 de abril. Por tanto, va a ser larga. Así que, teniendo en cuenta los temas (profundos y variados) que se han tratado en ambas tardes, os ruego que la leáis completa y si hace falta más de una vez, ya que, en función de la autoridad del escritor, alguno de sus textos merezca ser leído más de una vez, con el ánimo y el propósito de comprender bien lo que se esconde detrás de la apariencia de lo escrito.

Y, solo por seguir enredando, también por primera vez en la era modera, esta crónica no va a respetar el orden de la secuencia de cada texto leído o analizado en ambas sesiones del taller, sino que se va a escribir como si de un puzzle se tratara, para que al final tengáis la foto completa.

Y, así, se va a empezar a construir esta crónica por el tejado. Y si los contenidos a incluir los encerráramos entre paréntesis, el tejado sería el paréntesis final, es decir el símbolo “)” que se refiere a lo último tratado, en este caso el texto “Marta”, de José B. Adolph, incluido en el libro de cuentos “La batalla del café”. A este texto le dedicamos en el taller una hora (¿o fue mas?). Levantó polémica, opiniones diversas.

adolphEl largo debate surgió rápido, cuando nos paramos en la frase que Marta le dice a la persona que narra: “Joyce no eres aparatoso cocodrilo” y que está incluida en el primer párrafo. Un breve silencio hasta que María Sánchez Robles nos habló de la posible “tropicalización del lenguaje” (véase que así queda titulada la crónica, habiéndose tomado prestada la frase de nuestra querida compañera) debido a que ideas, frases o conceptos, se van haciendo locales y podrían, quizás, no ser del todo comprendidas fuera de su contexto.

¿Qué os parece si se incluye otro párrafo de Marta, para ilustrar las diatribas que nos traíamos durante el análisis del texto? Pues ahí va: “¿Cómo resumir sin traicionar la intrincada y a la vez sencilla personalidad de Marta, sobre todo en un país en el cual consciente o inconscientemente, sincera o hipócritamente, la combinación de intelecto con ovarios no suele ser popular? Pienso que la descripción está implícita en la pregunta”.

Como los que asistimos al taller ya debatimos ardientemente (menos mal que lo hacíamos a través de pantallas y no de forma presencial) aquí queda, para los que ahora leéis esta crónica, la oportunidad de debatir, eso sí, en diferido. También es recomendable leer el relato al completo, y si como parece que existe la suficiente autoridad literaria concedida a José B. Adolph, resulta que Marta puede merecer ser leída más de una vez.

Y finalmente, ante la más que evidente falta de consenso, tuvo que ser Pura Simona de la Casa quien concluyera: «Hay indicios bastante claros de que se trata de una metaficción. Es un recurso que aquí tiene al menos dos funciones: primera, un recurso de la primera persona narrativa, y, segunda, la doble función de contar la historia y comentarla, ser juez y parte«. Pues eso, que si no es por Pura, no hubiera habido ‘comunicado’ conjunto y unánime.

Es tiempo de seguir con otras cosas. Ahora es el turno del otro signo del paréntesis, el que abre “(“. Vamos a hablar del primer texto que tratamos el jueves anterior, no anteayer, sino de la semana pasada. Así se cumple el aviso previo de que no se va a ir por orden en esta crónica.

019251-foto-paco-yunque-bullyingSe trata de “Paco Yunque” de César Vallejo. En este texto sí que encontramos, los asistentes al taller del antes citado jueves, ciertos consensos, como el reflejo del poder, la injusticia más cruda y la la sumisión. La lucha entre poderes, y el sufrimiento que es dado por hecho. No obstante, los disensos vinieron a la hora de analizar el personaje del maestro y las razones de su sometimiento. Estos disensos podrían venir desde la postura tan dolorosa de una figura tan importante con un papel tan crucial. Por cierto, este relato se ha establecido como de obligada lectura en las escuelas peruanas.

Al leer el siguiente párrafo, se planteó un debate sobre que tipo de narrador teníamos aquí: «Yunque empezó a fastidiarse. ¿A qué hora se iría a su casa? Pero el niño Humberto le iba a pegar a la salida del colegio. Y la mamá de Paco Yunque le diría al niño Humberto: “No, niño. No le pegue usted a Paquito. No sea tan malo”. Y nada más le diría. Pero Paco tendría colorada la pierna de la patada del niño Humberto. Y Paco se pondría a llorar. Porque al niño Humberto nadie le hacía nada. Y porque el patrón y la patrona le querían mucho al niño Humberto, y Paco Yunque tenía pena porque el niño Humberto le pegaba mucho. Todos, todos, todos le tenían miedo al niño Humberto y a sus papás. Todos. Todos. Todos. El profesor también. La cocinera, su hija. La mamá de Paco. El Venancio con su mandil. La María que lava las bacinicas. Quebró ayer una bacinica en tres pedazos grandes. ¿Le pegaría también el patrón al papá de Paco Yunque? Qué cosa fea era esto del patrón y del niño Humberto. Paco Yunque quería llorar. ¿A qué hora acabaría de escribir el profesor en la pizarra?«

Y entonces… Pura nos comunicó (y enseñó a la vez) lo siguiente: que estábamos ante un «Narrador en tercera persona testigo, con focalización interna variable, incluida una focalización coral desde el conjunto de niños. A esto hay que añadirle un uso frecuente del diálogo indirecto libre. El conjunto de estas peculiaridades narrativas ofrece una apariencia, que es falsa, de que el narrador habla desde una voz infantil. Lo que sí se consigue es una fuerte verosimilitud con la impostura infantil de los recursos«.

Silencio.. y poco después la pregunta de rigor: ¿un escritor como, p.e., Cesar Vallejo lo tiene planificado o le sale así sin más, derivado de su talento o inspiración?. No hubo respuestas, porque la conexión se terminó. No sabemos la razón (¿o sí?).  Mientras se restablecía la conexión ¿alguno de vosotros pensó en escribir algo con este tipo de narrador? ¿eehh valientes?

Hay que seguir. Hacemos ahora un receso sobre textos analizados y veamos lo que algunos miembros de la asociación y del taller han venido escribiendo en el marco de los  llamados “diarios de un confinamiento” y que fueron leídos en la sesión del taller del 23 de abril.

Empezaremos por un diario muy especial con el que nuestra compañera Alicia Gallego nos ‘despierta’, vía WhatsApp, cada mañana y en el que nos cuenta viajes a lugares especiales y también nos habla sobre algunos personajes (reales) que han pasado a formar parte de esas historias. Se incluye aquí la que nos dedicó el 22 de abril.

mercadoQuetzalzin vende flores en el mercado de Tlatelolco. Sus calas son las más frescas y vistosas de todo el tianguis. Se levanta al amanecer, y cuando el sol comienza a reflejarse en el lago, con un pequeño cuchillo de sílex, corta con delicadeza los tallos. Elige las más hermosas y las coloca en una enorme canasta que carga a su espalda. Atraviesa el mercado admirando las telas y cómo las tejen las mujeres en telares atados a su cintura. Hay comerciantes que traen cerámicas de Cholula y Texcoco, son las más preciadas. Caravanas de pochtecas, venidos desde el Yucatán, ofrecen plumas de quetzal y de guacamayas, turquesas y jade. Le gusta admirar su belleza. Más adelante observa los puestos de minerales y pigmentos de brillantes colores. Hay una zona destinada a los vendedores de animales, allí se pueden encontrar conejos, armadillos, pájaros exóticos, tortugas, serpientes y hasta xoloitzcuintles. La clientela se agolpa junto a los puestos de vegetales, donde se ofrecen los jitomates, los frijoles, la chía y el maíz. Los chiles son muy apreciados, lo mismo que la fruta traída de las tierras calientes. A su lado, las vendedoras de flores. En un extremo, junto a las barberías, hay un espacio destinado a la venta de esclavos, muchos de ellos serán sacrificados. Entre ellos hay niños que serán ofrecidos a Coatlicue, la madre de los dioses. Quetzalzin observa orgullosa su vientre abultado. Mañana no vendrá al mercado, irá al templo de la diosa y le ofrecerá un gran ramo de calas, las más hermosas todavía cuajadas de rocío y le pedirá un deseo. Que su hijo nazca fuerte y sano. Nada más.”

Cada uno de estos viajes, maravillosos, viene acompañado de una música. La de este 22 de abril era The Ronette – Be my baby Y como cada mañana, y el 22 de abril también, nos toca bailar, cada uno en su casa, mientras oímos el tema del día y re-leemos los ‘viajes’ de Alicia. Y sí, oídme, que la autora tiene autoridad para hacerse merecedora de que se lea más de una vez su ya «adictivo» WhatsApp.

Cambiando de autor, es la hora de José Sainz de la Maza. El pasado jueves, ayer no, el de la semana pasada, nos leyó, vía pantalla, una de sus aportaciones a los diarios con BREVIS FABULA TEMPORIS CORONAVIRUM (hace unos días ya publicada en este blog) Es la primera de una serie de entregas que nos tiene prometidas. Con su maestría habitual, de una historia hogareña y en confinamiento, nos presenta algo más de lo que se lee ¿habrá que leerlo más de una vez?, pues quien sabe. Lo que es seguro es cada vez que se lee o se re-lee, te deja con ganas de más.

Aquí una muestra: «Como si por ese agujero se hubiera escapado mi capacidad de resistencia, tras su eclosión dejé de hacer ejercicio y de afeitarme todos los días. Fue como si hubiera perdido la fe de un día para otro. ¿Qué fe? Pues no sé, todas las fes, la fe en el género humano, por ejemplo. Ni mujer ni mi hijo me sirvieron de apoyo. Ellos tenían entre sí una guerra particular que los absorbía y los sumía en un tenso silencio que sólo rompían para discutir. No llegaron a darse cuenta siquiera de que se me había abierto un agujero en la zapatilla izquierda, mucho menos que cada día era más grande y que en la derecha, el rozamiento en el tejido y su ya acusada delgadez anunciaban la aparición de un nuevo agujero con una perturbadora simetría respecto al anterior. Me inquietó la capacidad perforadora de los meñiques de mis pies, porque fuera cual fuese el motivo inmediato, por detrás, como causa primera, estaría la edad«.

rosaComo Alicia, Luis Marín, es de los que no falta a la cita diaria mandándonos su diario. El que leímos y comentamos en el taller del jueves pasado, ayer no, el 23 de abril, día del libro, era un diario que nuestro compañero dedicaba precisamente a esta fiesta. Con un tono algo nostálgico, pero muy cercano, Luis nos recordó, si es que alguien se ha olvidado, esta tremenda situación de confinamiento y las consecuencias de la misma. Aquí va un extracto de su diario de ese día, que hace referencia a algunas cosas que un día como este 23 de abril no están presentes y que debieran estar:

«El premio Cervantes no se entrega este año, la feria de Sant Jordi no ha acudido a las Ramblas. Los escritores que esperan ese día para firmar sus obras y compartir palabras y sonrisas con los lectores están apenados y nostálgicos. Nuestras tristezas de confinamiento se ven agravadas por tantas ausencias. Nosotros esta tarde tendremos taller, aunque sólo sea para comentar diarios, hablar de Cesar Vallejo y compartir una cerveza virtual. Porque nos tendremos que quedar en casa, pero no nos va a parar ningún virus. Nuestros diarios son una respuesta de rebeldía al desánimo. Nos obliga a pensar, a escribir y a leer. Leo todos los diarios, al menos seis por día, escribo el mío y leo un libro, aunque le dedique menos tiempo del que desearía. Seguro que el que más o el que menos tiene algún libro empezado. Hago ejercicio en casa y cuando salga voy a estar tan preparado como antes«

Y para que no os acostumbréis al orden y la secuencia, saltamos al jueves pasado, este sí, anteayer. Y volvemos a la actividad que tanto nos gusta, analizar y comentar sobre textos de clásicos. Y anteayer le toco turno a Lobo Antúnes. Antes nos habíamos leído su «Epístola de San Antonio Lobo Antúnes a los lectores» para ir directos al relato corto titulado «TOM«.

loboAquí, hubo poca discrepancia a la hora de reconocer la belleza y simplicidad, a la vez, del texto. La fantasía o realidad sobre la carta anónima, el hilo argumental. La referencias a la infelicidad y los sueños de un personaje, una mujer, común pero que todos reconocemos.

Se sacaron otras referencias, por similitud temática, que no de estilo, con la película Johnny Guitar, a la canción de Cecilia «un ramito de violetas», o a un relato que tenemos para el próximo jueves, «La chica perfecta» de Murakami.

Una muestra: «No destaca de una manera concreta. Sus ropas no tienen nada especial. La parte de atrás de su pelo todavía está aplastada por haber dormido. No es joven, tampoco. Debe estar cerca de los treinta, nada cercano a una chica, hablando con propiedad. Pero aún así, lo sé desde 50 metros a la distancia: Ella es la mujer 100% perfecta para mí. … …. … La carta llegó hace dos meses, el día veintisiete de julio, y desde entonces nada … …. y en la esquina discreta un hombre que enciende un cigarrillo rascando la cerilla en el umbral. Debe de tener un nombre estadounidense, Ray, Nick, Bob. Bob ni por asomo, que es el perro de la planta baja. Ray o Nick. O Tom. Tom me gusta. Yo en la cocina con el agobio de la cena, ceñida por el sostén de la rosa, claro, y Tom dejando el sombrero sobre el frigorífico y acercándose a mí, ojalá que sin estropearme las baldosas con las espuelas. En lugar del beso en el cuello me da de beber de la cantimplora sin quitarse el cigarrillo de la boca. De puntillas casi le llego al mentón … … Huele a piel roja, a coyote, a búfalo. Lanza el cigarrillo al fregadero de una pulgarada. Se inclina hacia mí y yo erguida sobre mis zapatillas, con los ojos cerrados, aceptándolo. El cierre del sostén me lastima la espalda y ¿qué más da? Lo que cuenta es la rosa. De gasa. Hinchándose. Comienzo a arquear los brazos

Y ahora, para ir acabando, nos volvemos al jueves pasado, el de anteayer no, el que fue 23 de abril. Nos quedan dos compañeros que leyeron sendos diarios.

Manuel Pozo, con su capacidad de crear y contar historias, nos tiene ‘confinados’ en una guerra particular y muy especial, con espías del visillo incluidas y estrategias bélicas de andar por casa. Pero lo que el pasado jueves nos presentó es un texto-alegato muy de él. Muy bien contado, como suele, nos dijo con sus palabras lo que muchos, aun pensándolo, no seríamos capaces de escribirlo así.

El título ‘Profetas‘ casi nos recuerda e ilustra lo que pasa con ciertos comportamientos, a veces inesperados por venir de donde vienen. No queda sino incluir algún extracto del texto que él fechó el 18 de abril.

profeta«… estoy cansado de sufrir a los profetas. Ya no abro chistes, ni audios, ni por supuesto vídeos. Pertenezco a un montón de grupos de WhatsApp, así a bote pronto, tres relacionados con equipos de fútbol en los que juego o he jugado, tres con distintos grupos de literatura, uno de antiguos compañeros del trabajo, otro con compañeros de profesión … … … voy a terminar esta página con una cita: -España es un lugar con una larga enfermedad histórica que se manifiesta, sobre todo, en un devastador desprecio por la educación y la cultura, y una siniestra falta de respeto intelectual por quien no comparte la misma opinión. Por el adversario. Siempre creí, porque así me lo enseñaron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura”. A muchos les sorprendería quién la escribió. Fue Arturo Pérez Reverte en un artículo publicado en El País, titulado: Sobre miedo, periodismo y libertad, el 22 de mayo de 2014-«

Y como no hay orden (e igual tampoco concierto en esta crónica) le hemos reservado esta parte final a Luis Jiménez, que lleva poco en el Taller y ya ha demostrado con creces sus dotes de creador literario. El famoso jueves pasado, no anteayer, el que fue 23 de abril, nos leyó uno de sus diarios. La ‘naturalidad fotográfica’ con la que cuenta la historia, nos llamó la atención a todos, cosa rara, ya que hemos comprobado la diversidad de opiniones y posturas entre los miembros de este taller.

El texto se titula ‘Tos proscrita‘ y se incluye a continuación un extracto, entre realista, temeroso o hilarante, ya diréis:

gente-fila-pagar_52683-14122«… la señora Maruja que ha salido de casa sin su sonotone, no se entera, y estuve a punto de intervenir, pero estoy acabando ya el diario de Carlos y me tiene atrapado. En la terraza que está encima de nuestras cabezas, se asoma una niña y se pone a aplaudir como si fueran las 8 de la tarde (pobre). Llevamos tiempo sin avanzar y me pongo ahora con el diario de Paco, ¡Aquí me gustaría ver a Clodoviro! Cuando voy por la mitad del diario, unas toses descongestivas alarman la espera. El señor de la posición número 13, recriminado por las posiciones 12 y 14, intenta explicar que es fumador, y que tiene tos crónica. No convence a nadie, pero como tampoco lleva mascarilla las distancias se agrandan y nos hace recular a todos. La fila india ya empezaba a descontrolarse. Desde la terraza contigua a la niña que aplaude, unos adolescentes aburridos, se suman a la fiesta y se ponen a toser compulsivamente a ritmo de la canción del “aserejé”, les siguen desde otras terrazas otros gamberros que les hacen los coros. La situación se resuelve con una estampida digna del Serengueti en temporada de migración del ñu. Carros de la compra abandonados en plena calle, zapatos y mascarillas siembran las aceras«

Antes de acabar, recordar a todos los que hayáis llegado hasta aquí, que en este blog se publican a menudo «los diarios del confinamiento», escritas por muchos miembros de esta asociación. De entre todos estos diarios van surgiendo personajes que van tomando vida propia y ya trascienden a sus autores, como Encarna, una mujer muy especial de una saga creada por Carlos Cerdán, una mota de polvo (Clodoviro) que funciona por su cuenta o un poto con actitud crítica, siendo ambos personajes totalmente ‘pasotas’ con respecto a su creador Paco, o como nuestra compañera Pilar, que trae biografías de mujeres ejemplares en todos los campos, cuyas historias fueron tapadas por ser, precisamente, mujeres. Y otras muchas historias y personajes.

Y por hoy, esto es todo amig@s. Sigan escribiendo, con cualquier tipo de narrador, no hace falta utilizar el de Vallejo en Paco Yunque. Hasta la semana que viene.

Por PDV

11 comentarios en «La tropicalización del lenguaje»
  1. Una crónica intensa pero entretenida y didáctica, porque va dando saltos de día en día, y porque no has olvidado nada ni a nadie. Yo he llegado al final. Un trabajo estupendo, que hubiese sido difícil de llevar a cabo sin confinamiento. Enhorabuena!!!

  2. Te lo has currao, José Miguel. En este caos que nos encontramos, has dado una lección de orden y concierto. Para ser un hombre, se te da muy bien hacer dos crónicas a la vez.

  3. Con tu permiso,José, me guardo tu crónica cómo referente maestro por si un día me toca a mí hacerla. Original y genial . Gracias.

  4. Aunque ya sabes que a la «Autoridad» poco le importan nuestros tormentos y tribulaciones, yo creo que después de esta crónica deberías quedar liberado, hasta que tú lo consideres oportuno, de diarios de confinamiento, wikis, ucronías y demás redacciones de poca monta.

    Muy buen trabajo, José Miguel.

  5. Esta ha sido LA CRÓNICA. Nada igual se había visto antes. Enhorabuena por ser capaz de hilar todo lo ocurrido durante dos intensísimas clases, hablar de tantos textos y hacerlo ameno para el lector. ¡Te has salido! Y gracias por esa referencia a la tropicalización del lenguaje, me salió así, será que no me puedo quitar El Caribe de la cabeza. Un abrazo.

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