Por Manuel Pozo

Vuelvo al blog con la reseña de una película que trata de libros. La película se titula La sociedad literaria y el pastel de piel de patata. Se estrenó en 2018 y su director es Mike Newell (El amor en los tiempos del cólera, Harry Potter y el cáliz de fuego, La sonrisa de Mona Lisa, Cuatro bodas y un funeral, entre otras). Se trata de la adaptación al cine de la novela del mismo nombre de Mary Ann Shaffer y Annie Barrows, que ha sido traducida a más de veinte idiomas y de la que se han vendido (no sé si se han leído todos) más de cinco millones de ejemplares en todo el mundo.

La película puede parecer un “pastel” en un principio, o dicho de otra manera, una comedia “romanticona” con buen rollo para pasar el tiempo, que se olvidará enseguida. A mí, sin embargo, me gustó por tres cosas y será una de esas películas que sin ser una obra de arte se me quede en el recuerdo.

La primera es que es una película que trata los libros y la literatura con pasión. Una joven escritora de éxito, Juliet Ashton, recibe en el Londres de 1946 una carta de una extraña sociedad literaria y decide investigar la historia que hay detrás de esta sociedad, que se creó de una forma espontánea durante la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial. De entrada, una película que tiene como protagonista a una escritora y a un club de lectura ya despierta mi curiosidad y mi simpatía.

El segundo motivo es que es una película que habla de la guerra sin que se pegue ni un solo tiro, sin que haya ni una sola escena de combates, asaltos, bombardeos ni enfrentamientos entre ejércitos. La guerra se trata de una manera más sutil, describiendo por un lado la separación familiar a la que se ven obligadas las familias ante la llegada de los invasores alemanes y por otro la construcción de un campo de internamiento. Pero la guerra está ahí, fantasmal, siniestra, como un monstruo que echa raíces en los estómagos de la gente y del que no hay manera de desembarazarse porque se agarrará para siempre en las entrañas de sus víctimas.

Y el tercer motivo por el que me gustó la película fue por el escenario en el que se desarrolla la acción: la isla de Guernsey.

¿Dónde está la isla de Guernsey, os preguntaréis, igual que me pregunté yo cuando vi la película? En mitad del Canal de la Mancha. Guernsey está más cerca de Francia que del Reino Unido, pero pertenece a la Corona británica y emite su propia moneda, la libra de Guernsey. Tiene unos 65.000 habitantes y forma un pequeño archipiélago con las islas de Alderney, Sark y Herm. ¿Curiosidades? El idioma autóctono es el francés, en concreto un dialecto del normando, ya que fueron los normandos quienes ocuparon la isla en la Edad Media, aunque en la práctica el idioma común es el inglés. Guernsey es una dependencia de la corona británica, es decir, es un territorio autónomo dependiente de la Corona, pero que no forma parte del Reino Unido, y por lo tanto tampoco forma parte de la Unión Europea, aunque si forma parte de la Unión Europea Aduanera, por lo que a efectos de desplazamiento se considera parte de la Unión. Por otro lado sus habitantes tienen pasaporte británico. ¿Un lío, verdad?

Guernsey vive de la fabricación de ginebra, del turismo (para aquellos turistas que busquen la paz, la tranquilidad, los largos paseos, los paisajes casi deshabitados) y de las ventajas fiscales, ya que es un paraíso fiscal (de los gordos). Pero volvamos a la época en la que se desarrolla la película, la Segunda Guerra Mundial. Las Islas del Canal, también llamadas islas Anglonormandas, a las que pertenece Guernsey, fueron el único territorio británico que cayó en posesión de los alemanes durante la Guerra, y la sociedad literaria de El pastel de piel de patata que centra la película se organizó como consecuencia de aquella ocupación.

Hay otro hecho literario relevante en Guernsey, que no tiene nada que ver con la película, pero que servirá para recrear el ambiente literario de esta isla. Víctor Hugo vivió exiliado en ella durante quince años y allí escribió Los miserables.

La sociedad literaria del pastel de piel de patata tiene como protagonistas a Lily James (La Cenicienta), Glen Powell (Figuras ocultas, la película de las tres matemáticas afroamericanas que fueron las primeras en trabajar para la NASA), Michiel Huisman (Juego de Tronos) y Mathew William Goode (Gerald Brenan en Al sur de Granada). Es una película sin grandes pretensiones, pero que te dejará en la cara una sonrisa y en el cuerpo una agradable sensación de bienestar.

 

Manuel Pozo Gómez es miembro de la asociación Primaduroverales Grupo de Escritores. Es autor del libro de relatos Violeta sabe a café, (Premium editorial) y coautor, entre otros, de los libros Madrid Sky, (Uno Editorial); Cuéntame un gol, cuentos de fútbol  (Verbum editorial) y RRetratos HHumanos editorial Kolima).

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6 comentarios en «La sociedad literaria del pastel de piel de patata.»

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