Por: Vicente Moreno

Hay tardes en el taller en las que parece que todos los participantes se han puesto de acuerdo a la hora de elegir el tema de sus escritos. En el caso de ayer, el nexo común en las historias presentadas fueron los lazos familiares, en sus diferentes modos y aspectos.

Empezó Pablo Frias leyendo la segunda parte del primer capítulo de su novela. Es una muestra de excelente ritmo narrativo, un lenguaje vivo y colorista en boca de sus personajes, dos hermanos cuyos diálogos constituyen el principal acierto del texto. Se ve que Pablo tiene buen oído para captar la forma de hablar de los jóvenes. He aquí una muestra:

—Nika, en la vida, los buenos momentos nos hacen felices, pero los malos momentos nos hacen mejores.

—¡Qué razón tienes, pequeño saltamontes! —¡Mierda de música! Ocasión perdida y, lo peor, amenaza de ataque de mordacidad—. ¿Ha vuelto tu amigo el apepinado a caer en la secta esa de los budistas?

Decidí entrar en el juego. Ya no le sonsacaría nada, pero me va la marcha.

—Hacer yoga no es entrar en ninguna secta. Vente un día al Preboste y te lo explicamos.

La trama parece lo bastante interesante como para desear seguir leyendo la deriva de esta historia en próximos capítulos.

Después, Susana de la Higuera nos leyó su cuento, en forma de diálogo de WhatsApp, en el que cuatro hermanos intentan ponerse de acuerdo para reunirse en Navidad. Con un buen ojo clínico, nuestra compañera demuestra que bastan unas pocas frases para caracterizar a cada personaje sin necesidad de describirlo. Se intuye también que el conflicto de esta familia parece permanente, como suele ser habitual.

Lucía

Yo a un cuchitril no pienso ir.

Rosa

 [enlace casa más modesta, sin encanto ni chimenea]

Esta es más barata. Tiene habitación en planta baja con baño

con ducha, para mamá y papá. Pero Los chicos tendrían que compartir

dormitorio en la habitación con 3 literas…

José

En plan campamento? Olvídalo. Iria necesita una habitación para ella sola.

Miguel

Esa casa es muy fea. Además no tiene wifi. Mis hijos sin wifi se mueren. Igual puedes hacer un esfuerzo Rosa, ya que según tú es la última navidad de papá…

Rosa

A tus hijos igual no les vendría mal dejarse de tanta maquinita…

A continuación Dolores Gil, nueva integrante del taller, expuso su aportación al ejercicio epistolar de este año, mediante una carta escrita por una nostálgica viajera del tiempo dirigida a su hermana también desplazada a un siglo diferente. Es interesante el contraste entre esa ubicación de la autora de la carta ubicada en el futuro, con la descripción muy bien escrita, de un idílico ambiente rural. Esperamos la siguientes cartas que desarrollen esta historia incipiente.

Luego corríamos tras el ganado, íbamos a tanta velocidad que cualquiera diría que nuestras canillas estaban dotadas de alas. ¡No rozábamos suelo!, ¡levitáávamooss! Las cabras estaban atemorizadas; la integridad de sus pobres orejas y rabos, peligraban por momentos. Y nosotras acabábamos rebozadas en humus. Después extenuadas nos dejábamos caer sobre el vinagrillo…

Otro ejemplo de carta fue la que nos trajo Lourdes Chorro en la que un personaje que aparecía en otra carta leída la semana pasada, escribe desde un lugar y tiempo indeterminado a su esposa enferma. Parece un reto difícil pero la gran Lourdes puede con todo y lo demuestra de sobra con su habitual prosa lírica:

He vuelto a ensayar mi repertorio de Bowie. Mi caricia roquera en tu brazo anestesiado. Tu tocador de alquimista mi trastienda de pesares. Mis dedos cejilla se han desatado y rasgan las cuerdas de mi guitarra como cuando nos conocimos.

Por último Pablo Frías leyó un par de emotivas cartas escritas por una niña a Papá Noel y a los Reyes Magos. Con una gran sencillez de estilo, el joven Pablo consigue emocionar al lector con unas pocas líneas que dejan traslucir una dolorosa situación familiar sin necesidad de caer en el melodrama. Felicitamos a este gran escritor.

—un perrito para poder jugar con él en casa. Y para sacarlo a la calle a pasear porque quiero estrenar los patines que me trajo papa Noel.

—que la abuelita salga pronto del hospital.

—que papi y mami se curen y que mami no llore más.

—que se muera el coronavirus.

En resumen, fue una tarde bien aprovechada en la que diferentes ejemplos familiares fueron expuestos con bastante buena fortuna, como la que deseamos a nuestro compañero Paco Plaza que se ha convertido en orgulloso abuelo lo que le permite decir, con todo el derecho del mundo: La familia bien, gracias.

Por PDV

11 comentarios en «La familia bien»
  1. Estupenda crónica, Vicente. Siendo veraz y preciso, consigues proporcionarle tono y, sobre todo, alma hasta convertirla, en sí misma, en un relato. Felicidades.

  2. Vicente es y siempre será cuarto y mitad de chopped loncheado muy fino para gourmets.
    Gracias por tu crónica
    Me ha hecho recordar aquel relato tuyo… 😂

  3. La familia y uno más. Que las familias felices son todas iguales (Chèjov) o por los mismos motivos. Ya se encargarán ellas de complicarse la existencia cada una a su manera. Buena muestra la del jueves, buen resumen el de Vicente.

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