Me gustan las películas que tratan sobre libros. Hace tiempo comenté en este blog la película El irlandés del director John Michael McDonagh. Lo hice porque en una escena aparece un libro, Oblomov, que comentamos en nuestro taller de creación literaria. En la escena un policía visitaba en una residencia de la tercerea edad a su madre, que estaba leyendo Oblomov. El comentario del protagonista merecía por su mismo una reseña: ”No me gustan los jodidos rusos, tardan mucho en ir al puto grano”.

En marzo nuestro compañero Josu Bilbao reseñó ¿Podrás perdonarme algún día?, de Marielle Heller, centrada en una escritora en decadencia que comienza a falsificar cartas de escritores y celebridades como medio de ganarse la vida, y anteriormente Paco Plaza había reseñado La librería, de Isabel Coixet, en la que una mujer decide abrir en un pequeño pueblo de la Inglaterra de 1959 una librería, la primera que se inaugura en la zona, en contra de la oposición vecinal.

En esta ocasión quiero escribir sobre una película que se centra en una biblioteca. Se trata de La biblioteca de los libros rechazados, de Rémi Bezançon. La película está basada en la novela del mismo nombre del escritor David Foenkinos. En ella una joven editora (Alice Isaaz) descubre una novela magistral escrita por un tal Henri Pick, el dueño de una pizzería fallecido dos años antes. Lo hace en la biblioteca de un pequeño pueblo de Bretaña, en la que el bibliotecario se ha dedicado a dar una segunda oportunidad a los libros que han sido rechazados por las editoriales. La novela se convierte en un éxito de ventas, pero la viuda de Henri Pick asegura que su marido jamás leyó un libro y lo único que escribió en su vida fue la lista de la compra. Es entonces cuando un obstinado crítico literario (Fabrice Luchini) duda de la autoría de la obra y se une a la hija de Pick (Camille Cottin) para desentrañar el misterio. Comienza entonces una investigación con una trama en torno a una investigación literaria en la que el detective es un crítico que no busca a un asesino, sino al autor desconocido de un libro.

En esta película el espectador no se va a encontrar un derroche de efectos especiales, ni grandes persecuciones, ni explosiones y tiroteos, pero resulta muy entretenida, tiene muchos golpes de humor y mantiene el interés desde el principio. Y se agradece que el mundo del cine, que tiene tanta interacción con la literatura, escarbe en las miserias del mundo editorial para hablar de la frustración de muchos autores que no llegan a alcanzar el éxito; escritores que a pesar de su calidad no logran la suficiente atención por parte de los medios, ni hueco en la mesa de novedades de las librerías, y que se ven condenados inevitablemente a la invisibilidad. Estoy seguro de que muchos escritores se sentirán identificados con esta película que recomiendo sin dudar.

Manuel Pozo Gómez es miembro de la asociación Primaduroverales Grupo de Escritores. Es autor del libro de relatos Violeta sabe a café, (Premium editorial) y coautor, entre otros, de los libros Madrid Sky, (Uno Editorial); Cuéntame un gol, cuentos de fútbol  y Magerit. Relatos de una ciudad futura (Verbum editorial) y RRetratos HHumanos editorial Kolima).

Por PDV

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