Por: María Sánchez Robles

Contar escenas. Tener en cuenta el tono. Analizar el narrador y saber qué es lo que se quiere. No parece tan difícil, ¿verdad? Quizá no lo sea pero somos escritores en busca de novela.

La imagen de los novelistas en la literatura y en el cine casi siempre ha sido la de seres aterrados que trabajan incansables horas en sus escritores aislados del mundo. Incluso se han de ir largas temporadas a lugares fríos y oscuros, como la montaña, o cálidos y lujosos, como un crucero, para establecer una relación seria con sus personajes y, ya puestos, subirse al tono y agarrar de la solapa al narrador para no dejarlo escapar.

Pero nosotros solo somos escritores urbanos en busca de novela. Tenemos nuestras obligaciones: entiéndase, niños, nietos, aficiones, la vida. No podemos dejarlo todo e irnos a una cabaña en Colorado o al Nilo en busca del arca perdida. De ahí que, a trompicones, unos más y otros menos, llevemos un tiempo sacándole punta al lápiz, y sintiendo que, como los tornillos que se pasan de rosca, el lápiz no acaba por enseñarnos los dientes.

Sin embargo. Sin embargo ahí estamos, blandiendo nuestras espadas y novelando de jueves a jueves. Este jueves los que se atrevieron a mostrar sus cartas, en algunos casos capítulos desordenados de una novela rompecabezas, fueron José Sáinz de la Maza, María Sánchez Robles, Juan Santos y Carlos Cerdán.

José Sáinz de la Maza nos deleitó con una lectura perfecta de su segundo capítulo, uno en el que la atmósfera de indefinición y el tono de sueño contenido, de a cuando uno se le cierran los ojos sin poder evitarlo, estaba muy logrado. En todos despertó una necesidad de saber más sobre esos personajes noctámbulos y sonámbulos que solo José sabe cómo graficar con sutiles pinceladas.

Noctámbulos_Hopper

La segunda en mostrar los deberes navideños fue María Sánchez Robles, quien se ha inclinado por la figura de Van Gogh para abordar una ucronía en que este es un total desconocido. En su primer capítulo los famosos cuadros de Van Gogh crujían al ritmo del derrumbamiento de un antiguo edificio de la calle Mouffetard en París. Desaparecían así para siempre las obras que iban a marcar un antes y un después en la Historia del Arte, y con ellas se enterraba la huella de un peligroso asesino de pelo rojo.

Van Gogh

La maldad continuó sobre la mesa por un tiempo más, puesto que Juan Santos nos leyó un nuevo capítulo de sus ya populares personajes Mati y Matías. Con algunas frases estelares como “No he querido morirme hasta que vinieras” y “He sido mal hijo, mal esposo y mal padre”, nos acercó al lecho de muerte de una madre capaz de perdonar al Lucifer que tiene por su hijo. Del amor incondicional de los padres y de la maldad en estado puro nos seguirá hablando Juan en sus próximos capítulos, para los cuales el tono anhelado ya ha sido encontrado.

Cerramos la tarde con el “romántico” capítulo de La noche de bodas, en el que Carlos Cerdán nos mostró su destreza para la novela erótica. Se trata de un capítulo brillante que despertó risas en todos, y que nos mantuvo agazapados, como auténticos voyeurs, de principio a fin. Recuerdo que lo primero que escuché de boca de Cerdán fue un relato erótico, en mi primer día de asistencia al curso, lo cual me dejó muy sorprendida. Desde entonces nos ha proporcionado grandes momentos indagando en este género, cosa que aplaudo pues a mí me parece totalmente imposible.

Se nos fue de las manos, pero con gran aprovechamiento académico, como suele decirse, un encuentro más del taller en que dos frases estelares pasarán a la historia: “¿Quién es tu narrador? Pues uno que cuenta las cosas” y “Los sujetos (él, ella, tú, etc.) son un buen invento”. Y es que, en la búsqueda del tono, la escena y el narrador, a veces se nos olvida la técnica y las herramientas básicas de la lengua.

Nos despedimos cada uno con su compromiso particular de abordar el siguiente capítulo de la novela o tal vez el primero, que nunca es tarde para comenzar ni para parar de recibir premios y menciones, como la última de Luis Marín, finalista en el VI Certamen de relatos cortos “Cursos de Verano UNED” de Alcalá la Real (Jaén). Su dulce relato, “Tiempo de esperanza”, se puede leer íntegramente aquí. Que siga la racha.

María Sánchez Robles

Por PDV

6 comentarios en «Escritores en busca de novela»
  1. ¡Me encanta tu “tono”, María! Eres un ángel y, como tal, escribes.
    Gracias por tu crónica, tan cálida y elocuente como siempre.

  2. He leído la crónica de María y me parece que cada día sois mejores cronistas, cada uno con su estilo propio, pues se nota que el nivel sube y sube. María, enhorabuena por tus palabras bien puestas.

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