Publicamos la segunda parte de la entrevista de Juanjo Valle-Inclán a Alexis López Vidal. ganador de la VIII edición del certamen Madrid Sky.
Aparte de ser una persona inquieta, que lo has dicho desde el principio, por tu trayectoria profesional debes tener orejas y ojos abiertos y en alerta constantemente, ¿no?
Sí, es así.
¿Y eso te ha ayudado a nutrirte para escribir? ¿De dónde te nutres para escribir? ¿De dónde te vienen las ideas para plasmarlas en una hoja que luego va a leer otra persona? En primera instancia la mayor crítica que tienes, que es tu esposa…
¡Totalmente! (risas). Eso daría para otro relato…
En cuanto a temáticas, algo que me interesa mucho de los certámenes literarios, y es por lo que suelo inclinarme a la hora de elegir aquellos en los que participar, es que tengan algún tipo de relación con la defensa o promoción de derechos fundamentales, que aboguen por la igualdad o que denuncien problemáticas tales como el maltrato a la mujer o la desigualdad entre hombres y mujeres. He encontrado en la literatura en estos últimos tiempos una herramienta muy interesante para participar o involucrarme en la construcción del diálogo, en la denuncia o la defensa de según qué tipo de intereses o necesidades sociales.
Digamos que ese buscar o conducirme por aquellos certámenes que aborden estos asuntos, me ha llevado este año a profundizar en temáticas sociales; por ejemplo, en febrero me concedieron el premio «Remedios López» organizado por Médicos Mundi, donde exponía la problemática que generaba la pandemia de COVID en países como Brasil. Al final se trata de denuncias o de hechos que veo necesario abordar de alguna manera, y dado que mi herramienta es la literatura, una vez que conozco del hecho, como cualquiera, a través de los medios de comunicación, posteriormente me documento en las temáticas que voy abordando para la construcción de los relatos.
Por tanto, haciendo un aparte en el certamen Madrid Sky, que considero muy representativo de esa otra faceta o amor por el relato corto muy de género, de género de terror, que también me representa, la denuncia de las injusticias sociales está muy presentes en mi literatura.
¿Tu mayor satisfacción como escritor podría ser convertirte a través de la literatura en una especie de vocero?
Sí, para mí es brutal su capacidad para ello. Algo a lo que la literatura debería aspirar es a ser una herramienta de mejora del individuo y de la sociedad. Yo creo que leer… Antes te decía que soy un lector sin escrúpulos. Lo soy absolutamente, porque creo que leer, simplemente, leer mucho y de todo, nos hace mejores y si podemos utilizar la literatura como una herramienta para que también seamos capaces de edificar sociedades mejores y más justas… Estoy convencido de que eso es un fin que el escritor debe perseguir.
También me he dado cuenta del alcance que tienen las redes sociales para los escritores, nos permiten conectar con muchísima gente. Hasta yo, que debería estar habituado por mi trabajo a construir diálogo a través de las redes sociales, a nivel personal y obviando ese pudor que te comentaba antes, me sorprendo del alcance que tienen mis perfiles en redes; prácticamente todos los días tengo alguna interacción con una persona que se ha acercado a uno de mis textos a través de Facebook y que están en México, en Argentina, en Chile…, y eso para mí es absolutamente satisfactorio. Si además persigues trabajar textos que… aunque no aspiro a cambiar el mundo, pero si somos capaces de ir construyendo un puente entre personas y sociedades más justas a través de nuestros textos… Eso ya es algo que me parece alucinante y que me está reportando muchas alegrías.
Ya que tu mundo es el del marketing, ¿crees que muchos libros acaban teniendo éxito por las portadas y las contraportadas más que el contenido? ¿Se acercan más a un nombre que a un contenido? Nos entran las cosas más por los ojos…
Por deformación profesional siempre digo que un buen libro se merece una buena portada. Te pondré un ejemplo: recuerdo que de niño acompañaba a mi padre al videoclub a escoger la película de fin de semana (llegué a tener un video BETA, este verano he cumplido 42 años, soy el quinto de seis hermanos y con mi hermano mayor me llevo catorce años). En aquella época había un auténtico trabajo de artista en el diseño de las carátulas de las cintas de video; al final, por pura saturación, tienes que intentar que tu producto destaque. Hoy hay muchísima producción editorial, las librerías están abarrotadas de libros. Hoy en día, tú lo has dicho, todo el mundo escribe. Hoy es muy difícil que el influencer de turno o el cocinero de turno o el iluminado de turno no lance al mercado su propio libro, la mayoría de las veces a propuesta de una editorial de gran alcance.
Siempre he defendido que la buena literatura se merece buenas portadas porque al final tiene que entrar, también, por los ojos. Las redes sociales, los certámenes, los talleres literarios como el vuestro hacen un trabajo impagable a la hora de dar a conocer, y no hablo por mí, a buenos autores y al final el producto se tiene que entregar al lector de la mejor manera y una buena portada se hace necesaria.
Otra cosa es esa otra literatura, o esa otra rama del ámbito más editorial, donde tienes un instagramer con 200 mil seguidores que además en sus ratos libres, con muy buen tino, decide plasmar sus experiencias o sus anhelos en forma de poemario… ¡pues fantástico!
Al final, yo creo que no hay literatura mala, puede haber mejor o peor, pero al final, si el libro justo llega a la persona en el momento adecuado puede hacer mucho bien, quiero decir que el poemario del instagramer de turno quizá en este momento esté cambiando para bien la vida de un adolescente de 14 años.
Yo siempre digo que no hay autores buenos o malos, sino autores leídos o no leídos
Sí, totalmente de acuerdo, incluso dentro de los leídos, puede haber autores que son leídos porque tienen muchísima proyección como personajes pero que, incluso estos, pueden estar en este mismo momento haciendo bien con sus escritos, en definitiva, cumpliendo el propósito que tienen sus páginas que es a lo que todo autor aspira.
¿Por qué te acercaste a Madrid Sky?
Hombre, a ver, por el prestigio del premio. Entre mis referentes en el género corto están Raúl Clavero, Patricia Collazo, Elena Bethencourt… Lo confesé en Facebook cuando se falló el certamen… Bueno, en primer lugar, no sé qué tal quedé en la ceremonia, espero haber salvado los muebles de la mejor manera posible, porque yo tenía un discurso de groupie entregado a Madrid Sky, ya por ser finalista, y a los autores que estaban en el jurado porque es gente a la que yo leo (las obras que publican, sus blogs, los relatos con los que van obteniendo premios desde hace años…)
Es verdad que me desintoxiqué de escribir a la fuerza, pero la adicción es muy potente y aunque no escribas, estos años he tratado de estar un tanto al corriente del circuito de los certámenes literarios y seguir leyendo a estos autores emergentes que van apareciendo, como el mencionado Raúl Clavero. Yo era bastante más jovencito cuando mis primeros relatos presentados a certámenes obtuvieron algún reconocimiento, y desde entonces han aparecido autores buenísimos, brutales como Ernesto Tubía, Antonio Tocornal, gente muy buena. En mi caso, Madrid Sky fue un «mira, vamos a tirar la caña y a ver qué pasa», aunque es una cosa que no te terminas de creer.
Pero, picó, ¿eh? Y un pez grande
Sí, sí.
El relato que presentaste al VIII certamen Madrid Sky es, en tus palabras, “una suerte de homenaje a autores como Lovecraft, Stephen King”…, y la verdad que cuando lo lees, te acercas mucho a ellos. Precisamente ahora estoy leyendo “El cazador de sueños – Dreamcatcher”, y tu relato me ha transportado a ese ambiente que describes, hasta la carretera…
De hecho, hay que romper una lanza a favor de Stephen King, bueno es ridículo tener que hacerlo porque cuando te pones a conversar con otros autores de relato, la mayoría cita a este escritor como un referente y, de hecho, al final la conversación siempre lleva a la conclusión de que hay muchísima calidad en los escritos de King. Creo que quizá hay mayor convencimiento de esto en el mundo hispanoparlante, más que en el anglosajón en el que la etiqueta de autor de consumo de masas caló y ahí quedó, ya que muchos de nosotros lo tenemos como referente en el género del relato por su maestría a la hora de generar ambientes tan opresivos en muy pocas páginas. Y ha sido un autor muy generoso a la hora de contar, de explicar, su proceso de creación y eso ha ayudado mucho a otros escritores. A mí, personalmente, a la hora de enfrentarme a la página en blanco, a ese Moby Dick tan terrible de la página en blanco… bueno, hoy la pantalla.
Tengo que darte la enhorabuena porque si tu objetivo era ofrecer un homenaje a estos monstruos escritores lo has logrado, ese ambiente opresivo. Me gustó y me impactó mucho y vi una conexión total con el libro que estoy leyendo…
Cuando abordo ese tipo de temáticas yo creo que siempre bebo del recuerdo de las lecturas de Stephen King o Anne Rice o Clive Barker con su «Libros de sangre» (porque también una buena casquería, un poquito de gore, enriquece la sopa literaria). Son autores cuyos relatos me marcaron en su día.
Los textos de Anne Rice son muy poéticos, más allá de lo que se haya podido trasladar al cine. En sus libros existe una mitología atrayente, desarrollándose a lo largo de sus novelas, y es otra autora en ocasiones denostada por la crítica y que yo defiendo.
¿Tienen algo en común tus personajes?
Yo creo que sí… Sí. De hecho, cuando publiqué el primer libro de relatos, sin yo haber sido consciente de ello cuando estaba construyendo las historias, me percaté de que había elementos de cohesión entre los diferentes relatos. Por ejemplo, en este caso, advertí que una máquina de escribir Olivetti que había en casa cuando yo era pequeño (mis primeros poemas los escribía a mano y luego los mecanografiaba con esa máquina), esta misma máquina que había desaparecido de casa y que no sé qué pasó con ella, allá donde fuera, terminó apareciendo en los ambientes de aquellos relatos. Resulta que todos los personajes, de alguna manera, iban heredando, no sé cómo, la máquina de escribir Olivetti que desapareció de casa. Por ejemplo, un escritor de novela negra la utiliza en su despacho, en otro relato la máquina de escribir está en el salón de un guionista… Me di cuenta de que había elementos en común que conectaban ese universo literario.
Además, ahondando en los personajes hay algo que los conecta entre sí porque los conecta conmigo directamente. Me doy cuenta de que siempre queda algo de mí en los personajes de mis relatos. A veces, un punto de desafección con la realidad en la que viven, con lo que les acontece, un punto de inconformismo con lo injusto contra lo que muchas veces se rebelan o adoptan una postura más quijotesca, la de salir a enfrentarse a molinos de viento. Esto es algo que también se refleja en uno de los poemarios que publiqué el año pasado, «El filo mellado», que habla del poeta mellando sus armas a la hora de enfrentarse a la injusticia de una sociedad como la nuestra, en la que se da tanta desigualdad y tanta pobreza a nuestro alrededor.
Hay un punto de ternura, de melancolía por la infancia perdida, de inconformismo y de querer rebelarse contra lo que consideran injusto. Algunos de mis personajes están más decididos a acometer esa revuelta y otros la acometen en cosas más pequeñas. Puedes encontrarte con una médica brasileña que es heredera de una estirpe de sanadoras y que trata de mantener su linaje de cuidado y de salvaguarda de su entorno de manera activa, y otras escenas más intimistas como la de un anciano que vive solo, recluido desde que perdió a su mujer, y una empleada municipal que perdió a su hija y que le visita para saber cómo está como parte de su trabajo; estas dos personas, que están rotas, se rebelan de manera callada contra la realidad que les ha tocado vivir, conectando entre ellas y cambiando en su ámbito más íntimo, cambiando para sí su realidad más cercana.
Cuando concluyo el relato, sobre todo cuando pasa algún tiempo y lo releo, termino por descubrirme en sus páginas. Es una especie de «¿Dónde está Wally?» melodramático, porque al final siempre estoy allí.
¿En dos o tres palabras cómo describes tu relato ganador del VIII certamen Madrid Sky?
Lo describiría como una matrioshka rusa o como un juego de cajas chinas en las que, cuando empiezas a abrirlas, tienes otra caja dentro y cuando al final abres la última caja o abres la última muñeca te topas con un vacío que no eres capaz de saber a dónde te conduce… Mi propósito a la hora de plantear el relato «No estás solo» era intentar construir una historia que no acabara, pero no porque el final estuviera abierto, sino porque debería ser el propio lector (y siempre que yo hubiera sido capaz de crear en su ánimo ese pavor a lo ominoso, a lo indescriptible que el relato perseguía) quien fuera añadiendo más cajas o más muñecas a la matrioshka, sin llegar a saber, ni el autor ni el lector, cómo de grande o de perturbador hasta el infinito se podía construir el relato.
He tenido la suerte de que se ha percibido así, que los lectores que se han acercado al relato han participado de ese juego de perturbar hasta más allá del propio texto. Yo creo que ese es el gran acierto que puede tener el relato.
¿Lo escribiste para el concurso o lo tenías escondido esperando a salir?
Lo escribí para Madrid Sky. La frase de inicio propuesta en las bases me pareció fantástica y al leerla me asaltó la imagen del bosque de noche, la curva de la carretera en la oscuridad que de repente se rompía por los faros que la iban recorriendo como un gusano de luz. Visualicé el trazado de la carretera escoltada por los árboles y eso me llevó a pensar en quién podía morar en ese ambiente, a esas horas. Quién estaba allí y por qué. Y ese por qué me llevó a pensar en lo ominoso, en lo inexplicable, en por qué hacemos lo que hacemos, y así se construyó el relato.
¿Te atreves a recomendarnos un relato y una novela?
La novela «Bajamares» (XIX Premio de Novela Corta «Diputación de Córdoba») de Antonio Tocornal, es impresionante. Estoy convencido de que, si consigo acercar a un lector a esta obra después de leer la entrevista, esa persona que leyera su última página me invitaría a un café y me daría las gracias por darle a conocer a Antonio Tocornal.
«Algo pasa en el mundo» (XXXI Premio «Torrente Ballester») de Miguel Sánchez Robles, al que he mentado varias veces.
Para romper un poco la profundidad de esas dos lecturas, que son de una prosa poética y de un intimismo grave, también recomendaría la antología de relatos «España Punk» (de editorial Cazador) porque son relatos muy bien construidos y con una premisa muy original: parten de lo que le evocan a cada autor las canciones de Raphael y Rocío Jurado, ahí es nada. Son relatos de terror, de ambiente sofocante, y algunos están muy conseguidos. Esta obra contiene algunos de los mejores relatos que leí el año pasado.
El último libro que recomiendo es «Breve tratado de lo efímero» de Fernando Ugeda, que es una selección de sus relatos premiados. Fernando es finalista del Nadal, del Planeta, del Azorín y es un escritor fabuloso, y si alguien quiere acercarse al género del relato corto que lo haga a través de un maestro como él porque es una obra de orfebrería absoluta.
¿Tus próximos proyectos literarios? ¿Estás en algo?
Estoy justo en algo, trabajando en un relato policíaco.
¿Y la novela para cuándo?
Es uno de esos proyectos que están ahí… No me asusta acometerlo, aunque luego el resultado puede ser un bodrio absoluto, pero no digo que me sienta incómodo con la idea de escribir una novela. Quizá ahora mismo, por los tiempos que manejo, me encuentro más confortable en el relato corto. Tengo tres o cuatro historias en la libreta de notas que quiero trabajar, pero después no lo sé. Es una cosa que me voy planteando, quizá este año, el año que viene, pero sí que me gustaría porque tengo alguna historia que requiere de más desarrollo y podría estar bien.
¿Vivir de la escritura?
No, no. Yo creo que tengo la fortuna de tener un trabajo que me permite volver a escribir, porque antes era imposible. Ahora dispongo de unos fines de semana fantásticos gracias a una empresa en la que se respeta la desconexión digital. Cuando me marcho del despacho nadie me va a asaltar con urgencias de última hora, y en ese sentido me encuentro con capacidad para cumplir con unas cosas y luego cumplir con las otras, siempre dentro de lo que la escritura es para mí, una afición que se deriva de mi pasión por la lectura. No aspiro a vivir de ello.
Admiro a quien vive de la literatura, pero me conformo con vivir de una profesión que me resulta muy satisfactoria y de poder escribir lo que puedo, y gracias a eso poder tener esas charlas tan estupendas como la de hoy.
¿Qué más quieres contarnos? Si quieres contar algo más porque has contado muchas cosas.
No sabes con quién te jugabas lo cuartos en esto porque, a ver, para dar del tirón cinco horas de clase, hay que tener mucho rollo y yo tengo mucho rollo que contar (risas).
Pues, no sé… ¡Ah!, una última cosa. No te puedes imaginar la ilusión que tengo por formar parte del jurado el año que viene. Eso es para mí otro premio, estoy ilusionadísimo. A ver si superamos la pandemia y podemos vernos y felicitar en persona al ganador o ganadora de la siguiente edición.
Pero, siendo miembro del jurado no te puedes presentar
No, yo ya he cumplido. No suelo repetir en los certámenes, quizá por ese pudor o ese miedo que siempre me asalta a la hora de presentarme a un certamen. Con Madrid Sky estoy más que contento y más que orgulloso del premio, y con formar parte del jurado el año que viene.
Muchísimas gracias, Alexis por tu tiempo y por todo.
Juanjo Valle-Inclán (Madrid, 1968) es licenciado en Sociología y máster en Dirección de Recursos Humanos. Por su profesión se ha dedicado con vocación al desarrollo de personas, lo que combina extraordinariamente con su pasión por la lectura y la escritura. Es autor de numerosos artículos de carácter profesional y coautor de los libros de relatos Incómodos Antología de Relatos, Arritmias. Antología de relatos de amor y música, Magerit, relatos de una ciudad futura. También es coautor de la trilogia compuesta por los libros RRelatos Humanos, (Lid editorial) RRetratos HHumanos (editorial Kolima), y RRetos HHumanos, que aparecerá proximamente (editorial Kolima).
Bueno, después de este alarde de entrevista, JuanJo, quedas acreditado como reportero oficial de los Primaduroverales. Enhorabuena, de nuevo, a Alexis. Un verdadero placer.
Que buena segunda parte de entrevista. Tan buena que veo contenido para un potencial relato en ella.
Enhorabuena y gracias Juanjo y Alexis.
P.D : estoy de acuerdo con la sugerencia de José Miguel. Adjudicado.
Vaya pedazo de entrevista que nos ha regalado Juanjo. Con maestría ha tirado de la lengua de Alexis para que nos cuente su vida y sus inquietudes literarias hasta desnudarlo. Ha sido muy interesante conocer a este escritor ya veterano, modelo para los que nos movemos en estos afanes del relato.