Por Olga M. Torralba
Me acerqué a Miguelángel en el vinito tras nuestro Madrid Sky para darle la enhorabuena e intercambiar unas palabras, y nos quedamos enganchados entre risas y complicidades el resto de la tarde. Ese clima que a veces sucede cuando las personas conectan hizo ¡chas! y varias Primaduroverales, él, su marido y su amiga Sandra, quedamos imantados.
Cuando Manuel Pozo me ofreció la oportunidad de entrevistarle la cerré como contrato blindado.
Miguelángel tiene el corazón lleno de letras y la mirada de posibilidades, se le van cruzando y así teje sus relatos, sus reflexiones, sus obras de teatro, y cuando le parece nos las deja sobre un folio. Así, como si nada.
En primer lugar, decirte que estoy encantada de entrevistarte como ganador del concurso Madrid Sky VI, ya que como escritor evidentemente has triunfado entre nosotros y es muy bueno tener a alguien de tu talento cerca de Primaduroverales. Pero además tuve la oportunidad de conocerte personalmente entre vinos, después de la ceremonia, y eres de esas personas a las que no hay que dejar escapar. Así que si nos das la oportunidad nos gustaría saber de ti un poco más como escritor y como persona. Dinos, ¿te gusta que en los concursos te marquen unas directrices como en Madrid Sky limitando el número de páginas y con una frase, tomándolo como un reto, o prefieres escribir sin límites y adaptarlo después al concurso?
Pues me gusta porque son un reto. O sea, si escribo para un concurso, me adapto y busco dar lo mejor dentro de los límites que el certamen impone. Y disfruto con ello. No deja de ser un juego, escribir siempre es un juego.
Pero no me gusta amoldar un relato que ya tenga escrito para adaptarlo a nada. Si ya lo di por terminado en su día, ya tiene vida propia. ¿Sabes cuando a los perros les cortaban las orejas y el rabo, cuando estaba permitido, para que encajaran mejor en lo que se creía que era el estándar de belleza de esa raza en cuestión? Pues esa es la sensación que me ha dado cuando alguna vez se me ha ocurrido hacerlo con un relato para que encajara en algún concurso. Es como si el relato te mirase con sus ojillos de micro y te dijera: ¿pero por qué me haces esto, qué te he hecho yo?
No sé. Ahora me estoy poniendo dramático y me está dando no sé qué por las veces que lo he llegado a hacer, mira tú. Pobrecillos.
Jajaja, sí que tienen vida tus relatos. ¡Incluso orejas y rabo! Así que lejos de limitarte, los concursos te dan la oportunidad de empezar a jugar. ¿Eres metódico escribiendo con horario y lugar, o te mueves en la improvisación?
Suelo escribir sobre todo por las mañanas, cuando tengo las ideas aún por estrenar. Aunque también, si la necesidad me aprieta, puedo hacerlo a cualquier hora y en cualquier sitio. A veces me despierto muy temprano, y antes de ponerme al ordenador, en la cama, ya empiezo a escribir sin luz y sin abrir los ojos. En ocasiones al levantarme, tengo un micro ya tan repasado, que solo tengo que transcribirlo al ordenador, sin apenas ya pensar ni nada. Sí que es cierto, al contrario que mucha gente, no me gusta escribir con música de fondo. Prefiero, si puedo, siempre el silencio.
También me gusta mucho escribir de cabeza cuando voy caminando un largo trecho. Llevo libreta siempre encima, pero no la uso en esas ocasiones, o ya no tanto. Me lo apunto en la cabeza.
Alguna vez también estoy en casa y me preguntan: ¿qué te pasa, estás preocupado por algo? No, contesto, es que estoy escribiendo. O me despido, yendo de copiloto en el coche con un “voy a escribir”, cierro los ojos y me pongo a ello. No sé, lo mismo debería ir al médico.
¡Qué bueno! Has desarrollado una capacidad de trabajo de lo más íntima, incluso con gente alrededor. A mí me parece fantástico. Miguelángel, ¿Cuáles son hasta ahora los temas que más repites en tus relatos y a qué se debe?
El amor, sin duda. El amor en todas sus variantes y en todos sus estados. En el amor y en todo lo que somos capaces de hacer y no hacer por él. El amor de madre, de pareja, de hermano, a las cosas, a la tierra, a tu pasado. Al pasado sobre todo. Casi todo lo que escribo tiene un punto de partida de mi pasado. Y no es que yo haya matado, ni he volado con alas, ni me he suicidado, ni me he comido a nadie, literalmente, digo. Pero, como todo el mundo, tengo un pasado que no ha sucedido, pero pudo haberlo hecho. No sé si me explico. Uno guarda en el recuerdo un detalle minúsculo de su vida y cuando va a buscarlo ha crecido como si el detalle fuera una semilla que se ha convertido en una enredadera salvaje que no ha respetado límite ninguno y sale lo que sale. Uno guarda sin saber para qué ni por qué, hasta que un día le sirve para escribir una historia partiendo de ese detalle minúsculo, de esa riña que presenció, de un vaso que se vuelca, de un gato que desaparece con la luz, de una vecina que lo pierde todo en una riada. O, imagino, las guarda para que cuando sea muy viejecito, recordarlas callando y hacer como si uno fuera feliz solo con estar sentado al fresco.
Qué bonito lo que dices. Son como detalles que se te quedan enganchados por alguna razón, como pidiéndote que los des recorrido ¿verdad?
¿Has notado si ha evolucionado tu forma de escribir? ¿Y los temas?
Los temas no han evolucionado mucho. Como digo, sigo hablando del amor, de la niñez, de lo injusto que es vivir para algunos. O para todos en algún momento. De las dudas eternas de los seres humanos, o al menos de los que tengo cerca, que lo normal es que se parezcan al resto.
Quizá he evolucionado en la forma. Pero si lo he hecho no ha sido conscientemente. Es curioso que leo algunos relatos de mi libro y ahora los escribiría de otra manera. O los recortaría, lo contaría con menos palabras. Ay, esa tendencia a recortar (salvo en esta entrevista).
Aunque también a veces acudo al mismo libro o a escritos que tengo por ahí antiguos y lo hago para buscarme, para dar conmigo. Me releo persiguiendo esa espontaneidad que no quiero perder, esa forma mía de ser tan yo escribiendo. Muchas veces soy más yo en mis letras que en todo un día respirando y haciendo lo que hacen en un día aquellos que respiramos.
Escribo sobre el amor. Y la muerte. Soy muy típico. Pero sobre todo el amor. Me muevo muy a gusto en estos dos temas. Quizá porque llevo toda mi vida enamorándome. Y toda también sin morirme, jajaja.
Esos creo que son los temas principales en los que me muevo. Luego estarían los subtemas. Los celos, la envidia, la nostalgia, la pena, el engaño, el enamorarse, el desenamorarse, los malos entendidos, el dolor, el malquerer. Me interesa la perplejidad que producen ambos temas. Escribo mucho sobre personajes perplejos. Creo que siempre nacen así. De hecho, mi voz literaria creo que es pura perplejidad. Lo mismo es que vivo perplejo. Sí, seguramente, va a ser eso.
Es estupendo no dejar de sorprenderse en la vida ¿no? Y si no te sorprende le cambias el final para que así sea. Así eres. Jajaja ¿Algo o alguien en tu vida propició que decidieras escribir?
Quizá que de pequeño leía mucho. No es que venga de una familia de lectores de grandes obras, o de intelectuales. Teníamos una librería como en todas las casas, de lomos todos iguales, que apenas se tocaban. Con los años sí que mi familia se ha convertido en una gran lectora. Leen de todo, que es lo mejor. Pero de muy pequeño, en casa leía las fotonovelas de mis hermanas: Corin Tellado, Lucecita y cosas así. Y los tebeos que había siempre en los laterales del sofá: TioVivo, Lily, Pulgarcito. Luego crecí un poco y empecé a leer El Caso, de mi padre, y el Pronto. Ya digo, una familia de lo más normal. Pero todo eso sí que me hizo disfrutar del silencio mientras leía. Interesarme por las vidas de los demás, imaginarlas y acabarlas como yo quisiera en mi cabeza. Luego empecé con Los Hollister, los cuentos clásicos que les compraban a mis sobrinos y libros que entraban en casa de Círculo de Lectores. Pronto descubrí a Becquer, luego a Lorca y Machado. Y de vez en cuando iba a la biblioteca del barrio. Una a la que algunos vecinos iban a darse el lote en las mesas del fondo.
Pero sí recuerdo que ya en primaria me gustaba hacer redacciones, que los profes siempre valoraban positivamente. Incluso en clase de lengua, al buscar ejemplos de frases, me esforzaba en que tuvieran su qué. A veces me preguntaban los maestros que de dónde las sacaba. Y era solo que no me conformaba con: «El niño juega con una pelota”. Ya de pequeño prefería poner sujeto, predicado y sentimiento.
Sin duda el sentimiento, tu capacidad y el trabajo han dado buenos resultados en tu camino de escritor. ¿Tienes algún relato o micro propio del que te sientas más orgulloso? ¿Podrías dejarnos aquí unas líneas para que disfrutemos de ello?
Te pongo dos y tú escoges:
LA EXPLICACIÓN
Con esa exactitud tan característica de la ciencia, lo que no flota, se hunde sin remedio; lo que no vuela, cae al suelo. La energía, pura o no, nunca se destruye, pero sí se transforma. Y mucho. Y se convierte en otra cosa. Y aunque la recta tiene una dirección, no olvidemos que también posee dos sentidos. De ida, y de vuelta. Todo lo que sube, baja; lo que entra, sale. Y lo infinito solo está en el cielo. Solo. Por inercia, todo se mueve o reposa. Y la inercia, créeme, es lo peor. Vamos, para que me entiendas, que he dejado de quererte. De corazón y científicamente.
SUELTA
Jamás tuvo costumbre de ceñirse la cintura. Como no la tuvo nunca para sujetarse el pelo en una cola, ni usar sandalias de atarse. Ya de niña era incapaz de mantenerse en fila formando para entrar a clase, o de aunar en su mano las varas de retama que recogía en el camino. Tampoco aprendió a colorear dibujos sin salirse de los bordes. Y dejaba escapar adrede los globos, solo para mirarlos subir, decía. La madre, a la que nada le extrañó, no ha contado a nadie, para que no la tomen por loca, que al parirla, asombrada ,notó con extrema claridad, en vez de a la niña que venía, cómo con el último empujón, de entre sus muslos una bandada de aves alzaba el vuelo.
El primero está incluido en mi libro. El segundo fue posterior a su publicación.
Pues me pasa lo que a ti, que no puedo elegir. Que escojan los lectores de esta entrevista. ¿Un libro? ¡Cuéntanos!
El libro se titula De lo que quise sin querer lo que quise sin querer”. Es un libro de microrrelatos, publicado por la Editorial Talentura, gran defensora e impulsora del género, que es de aquí, de Madrid. Se publicó en el 2014. Consta de 114 piezas escritas que, como su título indica, habla de todo aquello que uno acaba haciendo y queriendo, sin proponérselo. Como respirar, o recordar. Lo escribí un poco igual que vivo, por impulsos, poniendo mucho estómago y pecho y muy poca cabeza y sesera. Tirando mucho de mi pasado para hacer un collage con el presente, y que quede algo verdadero y que duela; que duela bien, con dulzura, con cariño, risueño, pero que duela. De hecho, mucha gente me dice, el libro es como tú, niño. Leo y parece que te esté oyendo hablar a mi lado. Y ahora, si lo pienso muy a fondo, da un poco de miedo ¿no?
Está dividido en tres partes: “Cosas de amar”, “Cosas de morir” y “Otras cosas sin querer”. Este libro me ha dado muchas, muchas alegrías. Y me las está dando aún. De hecho, hay incluso dos obras de teatro basadas en textos de este libro. Fabulantistas, de la compañía “Pendientes de un Hilo”, y “Del amor, la muerte y otras chiquilladas”, esta escrita por mí y aún sin estrenar.
Que duela con dulzura dices. Estoy convencida de que es de esas obras evocadoras, que te deja con ganas, y de las que se saca algo para escribir. En cuanto al teatro, recuerdo que comentamos después de la celebración del Madrid Sky, lo compaginas con la narrativa. ¿Ha sido siempre así?
Si, también escribo teatro desde bien jovencito. Pero no lo he hecho continuamente a lo largo de mi vida. He tenido etapas.
Tengo varias obras estrenadas, como la que se mantuvo aquí, en el Teatro Alfil, casi un año en cartel: Anda que no te quiero, y que hace poquito se ha utilizado también en una escuela de teatro de Barcelona, “Plató de cinema”, como trabajo de final de carrera de unos alumnos. Me encantó el trabajo que hicieron. Mira, y esa en concreto la escribí a principios de los noventa. Creo que ha sabido envejecer. Tengo otras también estrenadas y otras que aún esperan la ocasión.
Últimamente he escrito mucho microteatro, piezas que no pasan de 15 o 20 minutos. De estas tengo una veintena, casi todas estrenadas. Y también tuve una de ellas en Madrid, en “Microteatro por Dinero”, la pieza “La más indicada”. Todo mi teatro es muy yo también, dicen. Es curioso que cuando alguien ve o lee alguna de mis obras, me cuenta que es como si yo sobrevolara el escenario, o como si se estuvieran leyendo de nuevo el libro u otro nuevo, pero parecido. Cosa que, según se mire, no sé si es buena o mala. Jajajajaja
Pero lo cierto es que puedo presumir, y lo sé porque a fuerza de que me lo repitan, he pensado que debe haber algo de cierto en ello, de tener voz propia. Y eso me da que es bueno. O no. Vete a saber. Porque si esa voz personal es un churro y me lo repiten con segundas, cagado la hemos.
Lo más importante, eso sí que lo tengo clarísimo, sin que nadie me lo tenga que decir, es que debes sentir que disfrutas mientras estás escribiendo. Porque se trata de eso. Y si no estás gozando en ese momento, es que a lo mejor estás escribiendo en falso. O no lo estás haciendo para ti. Y no escribir para ti, estoy seguro de ello, no debe ser bueno.
¡Cómo me gustan tus títulos! No dejes de avisarnos para la próxima representación de una obra, que estaremos encantados de asistir.
Ya que esta entrevista sale de tu merecido primer premio en el Madrid Sky me parece pertinente mencionar algunos otros en los que también has sido premiado o finalista. El mismo día de nuestro concurso, te notificaron que eras el Ganador Anual en la categoría en castellano del VIII Certamen de La Microbiblioteca. Además, a esta final era la cuarta vez que llegabas. También has sido finalista anual en Relatos en Cadena, durante dos ediciones. En la segunda, te quedaste con el Tercer Premio.
El pasado año también recibiste uno de los tres accésits en el II Concurso de Microrrelatos Monte de Piedad Carmen Alborch y fuiste uno de los tres ganadores del Primer Certamen de Microrrelato del Ajuntament de Montcada i Reixach, además de ganador o finalista en otros muchos concursos de microrrelato.
La revista Vinos y Caminos es la patrocinadora del primer premio del certamen literario Madrid Sky.¿Has concursado con alguna obra de teatro?
Aparte de haber tenido obras seleccionadas en diferentes muestras teatrales, como Casa Groga o Píndoles, este año me presenté por primera vez a un concurso de textos teatrales, el VI Premio de textos de teatro Carro de Baco, resultando ganador con la pieza, “La Sombra”, que ellos mismos pondrán en escena el próximo octubre.
¿Recuerdas alguno de los premios con especial cariño?
No sabría escoger cuál me ha hecho especial ilusión. Quizá el del teatro, por ser la primera vez que gano algo así. O el de La Microbiblioteca, por lo que supone conseguir un premio tan concurrido. O este de Madrid Sky, que no me esperaba para nada. O los de Relatos En Cadena, por todo lo que supone, y hablar con Francino, y que te escuchen por la radio. O uno que organiza mi amiga Esperanza en Soto de Sajambre, llamado el Roblón, donde he sido finalista varias ediciones. O el de Realidad Ilusoria, de mi tocayo Miguel Ángel Page, que organiza cada año por Navidad, en el que siempre quedo finalista y espero ganar algún día. O el de Cartas de Amor Antonio Villalba, de Escuela de Escritores. O el de… Jo ¿he de escoger solo uno?
Jajaja, no, ya veo que tienes cariño para dar y tomar. ¿Miguelángel qué recomendarías a alguien que comienza a escribir y qué errores le evitarías?
Que escriba, que escriba, que escriba y que lea. Que lea, que lea y que escriba. Y que corrija mucho. Y que se atreva. Que se atreva, que todo ya está escrito y todo está por escribir.
Nuestro patrocinador del primer premio «Vinos y Caminos» nos acompaña hace unos años. ¿Qué te sugiere su nombre como escritor? Es decir, en dos pinceladas, ¿de qué escribirías un relato al respecto?
Un sumiller, un catador de vinos en busca del caldo perfecto, que recorre países y territorios, hasta, después de muchos viajes y desilusiones, dar un día con él, justo en la bodeguilla de toda la vida de debajo de su casa.
Antón Alonso entrega el primer premio del VI certamen Madrid Sky a Miguelángel FloresMuy interesante, al final encontrar cerca lo que buscas después de viajar y enriquecerte con ello, para aprender realmente a “ver” lo que nos parece que no puede ser tan fácil. Para terminar, ¿qué libro nos recomendarías y qué relato?
Pues mira, ahora mismo recomendaría “Hierba veloz y púrpura”, de Asier Susaeta, que me estoy leyendo estos días y me está dando mucho que pensar. Es un libro de microrrelatos. También podría recomendar el libro que más veces he leído y que más he recomendado: La vida ante sí, de Emile Ajar. Lo leo desde adolescente una y otra vez. Creo que su forma de contar las cosas influyó mucho en la manera de hacerlo a mí. Esa voz infantil que aflora en muchos de mis textos es prima de la de este libro. O es prima o son del mismo barrio.
En relatos: Casa Tomada, de Cortázar. O cualquiera de Ana M. Shua o de Millás. De Manu Espada, de Ginés Cutillas. O más nuevos, de Mar Horno, de Portabales, de Víctor Lorenzo, de Lola Sanabría. Ernesto Ortega, Jesús Esnaola, Pedro S. Negreira… Uf, no acabaría nunca.
Hay muchos autores, de los reconocidos, de larga trayectoria, y de los de nueva hornada, que antes se lo han leído todo a los anteriores y se nota, de los que hay mucho, mucho que aprender. Mucho, mucho, mucho. El microrrelato, y con él el relato, está en auge, y es una gran época de cosecha. Hay que aprovecharla.
Muchas gracias por tus consejos literarios, por esta extensión de ti mismo, por tu entusiasmo y tu talento, y por dejarnos descubrir todas estas facetas tuyas. Nos encantará seguirte en tus caminos a través de la literatura y personalmente. A Primaduroverales nos gustaría mantener este vínculo que acaba de formarse, así como ocurrió con premiados de anteriores ediciones. Gente estupenda que escribe estupendamente.
Ha sido una suerte conocerte y un placer entrevistarte Miguelángel. Te deseamos muchos éxitos y sobre todo que sigas disfrutando de la literatura como lo haces, y que nosotros lo sigamos haciendo también con tus obras.
Olga Torralba es miembro de la asociación Primaduroverales, Grupo de Escritores.
¡Qué rato tan estupendo he pasado leyendo la entrevista!, Me parecía que la escuchaba. Un regalo los dos micros.
Gracias Miguelángel, gracias Olga
Fantástica entrevista. Un gustazo contar con dos personas como vosotros. Gracias a Olga y Miguelángel.
Vaya complicidad habéis creado entre los dos. Creo que la tertulia después de los premios da mucho juego.
Miguelángel dice cosas muy bonitas e inspiradoras en esta entrevista. Fue un placer conocerle y hablar con él después de la celebración del Madrid Sky. Enhorabuena también a la entrevistadora.
Me ha encantado la entrevista Olga, parece mentira lo que se aprende sobre literatura tan solo leyendo lo que dice Miguel Angel. Enhorabuena a ambos.