Por Vicente Moreno.

La noticia de que María Isabel Ruano iba a publicar un libro de poesía puede haber sorprendido a las personas que no conocieran sus trabajos en los diferentes talleres en los que ha participado pero, a los que hemos leído su prosa durante varios años en el taller Literario de la Casa del Reloj, nos ha parecido una consecuencia lógica. A mí, en concreto, sus relatos siempre me han sugerido una visión poética que la autora superpone a la función estrictamente narrativa. Por eso considero casi obligado, pero valiente, su salida del armario poético.

Y señalo la valentía como un aspecto importante de esta publicación porque en la narración en prosa, sobre todo si es ficción, el autor tiene artimañas para ocultarse detrás de un narrador que puede expresar ideas no forzosamente compartidas por quien escribe, pero en la poesía, por lo menos tal como la concibe la autora, no hay posibilidad de camuflaje, ni burladero al que aferrarse, sólo unos cuantos elementos concretos (la luz, el mar, un árbol) y la reacción, a veces volcánica, otras sosegada, que provoca en la escritora.

Es, por tanto, una poesía sencilla, pero no simple, sino muy elaborada en la que la naturaleza, la memoria o la nostalgia sirven de disparadero para provocar ese torrente de descripción, no exenta de reflexión, que conforman los ejes sobre los que gira esta obra.

Formalmente es una recopilación de poemas y textos en prosa junto a dibujos de la propia autora que comulgan del mismo estilo descriptivo y elaborado que caracterizan los textos. Se dividen en tres partes que se corresponden con espacios diferentes:

La tierra, en la que abundan poemas sobre el entorno urbano, gris y a menudo otoñal frente al luminoso paisaje primaveral de la comarca de la Vera, tan cercana a María Isabel Ruano.

El mar es el otro gran tema que domina este libro, concretamente el litoral almeriense de Cabo de Gata, que se configura como una especie de escape de los agobios de la vida en la ciudad.

Por último, una sección denominada Luces y Sombras en la que los textos en prosa y poemas que la componen tienen un carácter más íntimo y personal en los que la autora expresa su visión de la vida en una especie de diario en el que vuelca sus vivencias de su trabajo en el aula, las relaciones familiares o sus preferencias literarias.

Como muestra del trabajo estilístico que subyace en esta escritura se pueden destacar unas cuantas figuras que aparecen diseminadas por los poemas, como la anáfora del poema titulado ÁRBOL DEL PATIO TALADO:

Corona de árbol cortada,

corona de árbol partida,

corazón de madera herido

que a ras de tierra dormita.

O el hipérbaton de BRINCOS DE SALTAMONTES:

Con pasión y rabia, destruiría

el tiempo detenido en el reloj.

 Y, aunque la métrica más usada es la del verso libre también hay muestras de rima como en esta MELODÍA DEL SILENCIO:

En la mañana nublada

del mes de abril,

antes de abrir la ventana

sus notas están en mí.

Se deslizan por el sueño

antes de irme a dormir.

Se hermanan en mi alma

cuando me alejo de ti.

Sellan mis ojos de sombra

y limpian mi cara

con la suave brisa de abril.

De puntillas se aleja la melodía

cuando los sonidos del día

comienzan a bullir.

Me gusta esta melodía,

me permite estar en mí.

Sentir la caricia suave

de todo lo que está por decir.

Abrazar serena la mañana,

la calma y el porvenir.

En resumen, estamos ante un ejemplo de poesía como necesidad de expresión de unas sensaciones y sentimientos que, seguramente, son comunes a muchas personas, pero solamente aquellas dotadas de un espíritu poético son capaces de convertir en palabras. Enhorabuena a mi amiga María Isabel Ruano por demostrar que está poseída de ese espíritu y espero que no abandone el camino iniciado con este libro.

El libro Entre el asfalto y el mar ha sido publicado por la editorial grupo Tierra Trivium.

Vicente Moreno es miembro de la asociación Primaduroverales. Es coautor de los libros Madrid Sky y 2056 Anno Domini. En 2018 resultó ganador del certamen de relatos breves Guindostán.

 

 

Por PDV

4 comentarios en «Entre el asfalto y el mar. Una reseña de Vicente Moreno.»
  1. Enhorabuena Vicente por la crítica del poemario de María Isabel, es descriptiva y rigurosa para la forma de los poemas y transmite las emociones y melodía del fondo de la obra. Además, como dice Josu, me parece muy acertada. 👏🏼👏🏼👏🏼

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