El amante de la China del Norte
Editorial Tusquets, 1991
Por Nieves Sevilla Nohales
La historia se desarrolla en 1930, en un puesto avanzado de la selva al sur de la Indochina Francesa, en el delta del Mekong en el transcurso de un año.
La Indochina Francesa, situada en el sudeste asiático (1887-1954), estaba formada por tres regiones vietnamitas: Cochinchina, Tonkín y Annam junto a los protectorados de Laos y Camboya. La capital fue Saigón hasta 1902 y Hanói hasta 1954. Actualmente, la capital de Vietnam del Sur es Ho Chi Minh (Saigón) y la de Vietnam del Norte Hanoi (1955).
En 1990 Marguerite Duras se entera de que hacía varios años que el chino de Manchuria había muerto y reescribió El amante que se había editado en 1984.
Ella misma lo cuenta en el prólogo:
“Abandoné el trabajo que estaba haciendo. Escribí la historia del amante de la China del Norte y de la niña (…) Escribí este libro en la enloquecida felicidad de escribirlo. Permanecí un año en esta novela, encerrada en todo aquel año del amor entre el chino y la niña”.
La novela está escrita como un guion de cine, con un estilo intenso, envolvente y sutil que te llega a lo más hondo. Sensación de misterio tal vez por desconocer las culturas de los amantes. Necesito leerla a solas y en silencio para extraer todo el sentido de las frases que son cortas y emotivas y que encierran sentimientos profundos y dolorosos.
Comienza con la madre tocando el piano, suena Ramona, valses de Strauss, Noches de China… y todos bailan y bailan. Baila la Niña con el hermano pequeño, Paulo. Llega el hermano mayor, Pierre, que agrede a Paulo y ya sabemos que en esta familia hay un conflicto que supera a la madre que está desbordada, arruinada y sola. Por un lado, se vive una tragedia por la pobreza; y por otro, por la violencia del hermano mayor que personifica el mal. Se teme que vaya a matar al hermano menor que es “diferente”.
La Niña, personaje principal, aparece caminando de noche por el barrio francés cerca del delta del Mekong. Sorprende que tenga tanta libertad. La Niña llora y se oye, por primera vez El vals Desesperado que es como un hilo delgado que atraviesa la trama de forma transversal y representa el desconsuelo en que se haya cada uno de los personajes y la situación de desamparo de la Niña, la infancia tal vez robada, la dificultad para cambiar el estado de las cosas, la ruina emocional y económica de la familia y la necesidad que tiene ella de resolver esa fragilidad, de hacer algo al respecto. Hay que destacar en la Niña la falta de miedo y de timidez. El amor, la ternura, el llanto. Loca por leer, por ver, insolente, libre, de curiosidad insaciable, lo quiere todo, lo máximo, vivir y morir a la vez.
El amor es el protagonista de esta obra. El amor inmenso del amante chino hacia la Niña y el amor de ella y su forma de entenderlo. El amor incestuoso de la Niña por el hermano pequeño, el amor por Thanh, el chófer de la madre, el amor-odio por el hermano mayor y esa simbiosis o identidad con la madre que está llena de ternura y de reproches. El amor por Hélène Lagonelle que es su primer deseo sexual, su primer beso. “Ese otro amor jamás olvidado”.
El chino es un hombre elegante, bien vestido, muy rico. Ha estudiado en París y en Estados Unidos. No hace nada. Dice que no hacer nada es también una profesión y que es la riqueza la que le quita la fuerza. Se enamora perdidamente de la niña. “En toda mi vida eres tú la que habré querido”
Se conocen en el transbordador. En el primer viaje en coche hasta Saigón se despierta el deseo. La niña llora y ríe. A menudo lloran y ríen juntos. Es un amor imposible.
“La historia está ahí, inevitable ya.
La de un amor cegador.
Siempre por venir.
Jamás olvidado”.
La Niña no es en absoluto frívola ni siquiera promiscua. No actúa con ligereza y yo la encuentro absolutamente honesta. Considero que ella es el alter ego de la autora.
Es necesario destacar el universo ambiental en el que intervienen todos los sentidos. La carretera de Chittagong, la de los niños muertos, los mendigos de Asia que tratan de encontrar el camino hacia las ricas aguas de peces de la Sonda. Los arrozales, el sol velado, el aire que tiembla con el calor. Niños y perros. Niños jugando en las hileras de chozas. Senderos para carretas de búfalos conducidos por niños. La ciudad llena de peatones, el estruendo de los tranvías atestados, etc. La música es una constante sobre todo El vals desesperado. Y los olores
Destacan algunos personajes periféricos como la mendiga del Ganges, la mujer de rojo y Alice, una mestiza hija de padre blanco, que se escapa del internado por las noches para prostituirse. Alice ha oído que a las internas las mandan a los lazaretos para cuidar de los leprosos y ella necesita dinero para liberarse de ese destino y para comprarse una casa.
Es una novela erótica sin calificaciones morales.
Nieves Sevilla Nohales es autora de las novelas La noche de los jacintos blancos, y La caja de ébano. Ha publicado un libro infantil, La ballena colorada, ilustrado por Elena Fernández Ruiz. Con el relato Ngueva fue finalista en el Primer Concurso Emigración, Inmigración e Interculturalidad.
Es coautora de los libros de relatos Cuéntame un gol, cuentos de fútbol y Magerit, relatos de una ciudad futura, (ambos publicados con la editorial Verbum).
Gracias, Nieves, por esta reseña. Me apunto la novela.
Es curioso,Nieves, que hagas esa reseña ahora. Precisamente acabo de finalizar este libro. Lo tenía iniciado desde hacía tiempo y por alguna causa interrumpí su lectura. A mí me ha encantado también.
Gracias por la recomendación, Nieves. Tomo nota.
Gracias Nieves, una reseña fresca y completa. Dejé el libro sin terminar pero me estaba gustando. Lo retomaré.
Gracias, interesante reseña Nieves.