Por Alexis López Vidal

De niño compartía habitación con un hermano mayor acomodado en la litera superior, una televisión de catorce pulgadas en el apogeo de los videoclubes y una librería abarrotada de antologías de cuentos en formato bolisilibro, y esto es todo lo que un chaval de barrio como yo desearía para alimentar su imaginación. Del cine juvenil de los ochenta aprehendí la emoción de la aventura anillada en el látigo de un arqueólogo al pie de las ruinas de Petra y el rumor de los acantilados de Moher al rescate de una princesa en apuros; de los ronquidos animosos de mi hermano obtuve la costumbre inveterada de trasnochar hasta hincar la rodilla vencido por el sueño; de las baldas de la librería me llevé tantas historias conmigo que todavía muchas siguen frescas en mi memoria y se filtran como la humedad en las paredes en todo cuanto escribo. Y, a propósito de esto, con frecuencia me asalta el recuerdo de un relato en particular: Dos frascos de salsa, de la pluma de Edward John Moreton Drax Plunkett, XVIII Barón de Dunsany (1878 – 1957). Poeta, dramaturgo y quizá uno de los escritores de género fantástico más reputados de Gran Bretaña, Lord Dunsany, como gustaba firmar sus obras, debe gran parte de su fama al ciclo de relatos protagonizados por Joseph Jorkens, quien desde un club de caballeros inglés era capaz de narrar las historias más extraordinarias e inquietantes. Sin embargo, Dos frascos de salsa no es una de las tantas historias de Jorkens, sino la de Smithers, un hombrecillo, como se define a sí mismo, representante de Num-numo, una salsa para carnes y entremeses salados que le despertaba un orgullo en todo punto genuino. Smithers y Linley, un gentleman de mente sagaz, terminan compartiendo por azar una vivienda de solteros a la manera de Holmes y Watson. En la época en que se enmarca el relato, un crimen sin resolver había perturbado a la población británica y pese a contar con un claro sospechoso Scotland Yard se mostraba incapaz de probar su culpabilidad. De su trama no revelaré más, puesto que dejo en manos del lector interesado la resolución del enigma.

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¿Por qué Dos frascos de salsa es uno de mis relatos predilectos y Lord Dunsany es en parte responsable de mi inclinación por el género corto? Diría que es un cuento, además de entretenido, muy bien estructurado, en el que el autor deposita con magistral sutileza las pistas necesarias que justifican el desenlace de la historia: todo estaba ahí, todo el tiempo. Y esto no resulta sencillo. Mantener la intriga sin resultar demasiado críptico, o apuntar los elementos con que el lector aprobará la coherencia del relato sin resultar evidente, no está al alcance de muchos escritores. No tantos como podríamos llegar a pensar. Considero, con la humildad del practicante y sin ánimo de aleccionar a nadie, que la clave para producir este tipo de literatura está en la estructura. Un relato bien escrito, con un giro final deslumbrante, podrá epatar al lector y granjearse su aplauso. Un relato bien escrito, en el que el autor se haya ocupado de engarzar con esmero y en el momento preciso la información que volverá verosímil el giro final no lo hará menos inesperado, sino que convertirá al lector en partícipe y cómplice de semejante final. Y, como digo, es algo que resulta mucho más accesible si el autor se ha ocupado de estructurar con antelación la trama.

Por supuesto, conozco a escritores que se dejan llevar por un título o una intuición, ni siquiera una idea, y producen relatos maravillosos. Pero no todos estamos tocados por esa gracia en nuestros teclados.

De modo que de una habitación compartida rebosante de libros, ronquidos y películas para adolescentes me llevé dos frascos de salsa, la pasión por la escritura y una pizca del oficio y, si pienso en ello y en mi inclinación por el género corto, las pistas estaban ahí, todo el tiempo.

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Alexis López Vidal (Torrevieja, 1979) es autor del libro de relatos «Bar Matrioshka y otras historias» y de los poemarios «Escarnio público. Tetralogía de Amores Usados» y «El filo mellado». Sus escritos le han granjeado diversos premios en de relato corto y poesía. En 2021 ha sido el ganador del VIII certamen de relato Madrid Sky.

Por PDV

5 comentarios en «Dos frascos de salsa. Por Alexis López Vidal»
  1. Muchas gracias, Alexis, has despertado mi interés. ¿Podrías decirme en qué colección de relatos se encuentra «Dos frascos de salsa»? Sin el título del volumen Iberlibro no me ofrece resultados.

    Muchas gracias por compartir de esa manera tan entretenida tu interés literario.

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