En el taller de creación literaria de la asociación Primaduroverales estamos escribiendo el diario de un confinamiento. Cada día publicamos una página de este diario junto a un viaje musical. Los diarios serán nuestra ocupación hasta que podamos volver a reunirnos en nuestra clase de cada jueves para hablar de literatura y reanudar el taller. Esperamos, lector, que nuestros textos y nuestra música te acompañen. ¡Cuídate!

 

Diario de un confinamiento

 Profetas. 18 de abril de 2020

Un artículo que me han enviado anteayer por wasap, publicado el 7 de abril en el diario de Murcia, firmado por Ramona López, comenzaba así.

“La pandemia ha tenido un efecto colateral muy curioso (aunque no inesperado): España se ha llenado de profetas. Unos profetas muy, muy listos, que no predicen el futuro sino el pasado. Y saben, con cifras en la mano, lo que hubiera habido que hacer y no se hizo, lo que hubieran hecho ellos de estar al mando. España no solo sufre un virus, también sufre a millones de virólogos que saben exactamente y sin margen de error lo que habría que haber hecho para evitar que España fuera uno de los países afectados por esta pandemia mundial”.

Los artículos periodísticos que me recomiendan es de lo poco que abro ya en el wasap, porque efectivamente, estoy cansado de sufrir a los profetas. Ya no abro chistes, ni audios, ni por supuesto vídeos. Pertenezco a un montón de grupos de wasap, así a bote pronto, tres relacionados con equipos de fútbol en los que juego o he jugado, tres con distintos grupos de literatura, uno de antiguos compañeros del trabajo, otro con compañeros de profesión, varios por pertenecer al AMPA del instituto y a movimientos sociales del distrito, otro por el grupo de kárate de mi hija, otro por el de baloncesto, tres de grupos de amigos (muy amigos) de distinta procedencia y alguno más que se me olvida. Pues el caso, es que indistintamente de la clase de grupo del que se trate, siempre hay alguien que empieza a enviar wasaps con temas ajenos para los que se han creado estos grupos. En condiciones normales, me refiero a cuando no estábamos confinados, empezaba alguien pidiendo sangre para un hospital, después venía otro pidiendo dinero para la lucha contra no se sabe qué causa, el siguiente mandaba un chiste, el próximo se venía arriba y enviaba un video de ocho minutos con cosas que a le parecen muy graciosas pero a ti maldita la gracia que te hacen… al final tienes siete audios con chistes más o menos buenos, cinco vídeos de duración variada (verlos todos pude llevar fácilmente 40 minutos), el móvil “petao”, te vuelven a entrar dos videos repetidos y la información interesante y necesaria no la has visto porque se ha perdido entre tanta mierda.

Con la situación sanitaria que estamos viviendo el personal se está tensando y han aparecido los profetas de los que habla el articulo con el que he comenzado hoy esta página de mi diario. Da igual que el grupo esté compuesto por treinta personas, el individuo que se siente indignado envía un video, una foto, un audio de tres o cuatro minutos diciendo que este Gobierno es una ruina y fulanito un indecente porque ha hecho no sé qué, otro miembro del grupo se viene arriba y manda otro video, este de seis minutos, y cinco caricaturas, hasta que un tercer miembro del grupo toma el mando y envía dos videos más, tres fotos criticando al dirigente de turno, dos audios y al final lanza una arenga en la que poco más o menos viene a decir que hay que hacer algo y que nos pongamos todos de acuerdo en actuar (casi nunca se explica qué hay que hacer, de qué modo hay que actuar y qué va a suceder después). Los tres (o cuatro o cinco) que se han ido animando dan por sentado que todos los miembros del grupo opinan igual que ellos, porque de los treinta hay veinte o veinticinco que no mandan nunca nada, que no dicen nada, que no se quejan, que no opinan, o que solamente se limitan a utilizar el grupo para lo que ha sido creado, con lo cual no se sabe si están de acuerdo o favor de los envíos.

El caso es que cuando he querido cortar esto en algún grupo diciendo que no es bueno hablar de política en los grupos (mucho menos bueno es la aparición de profetas), por muy suave que lo he dicho, se ha generado mal rollo. Muy mal rollo. Y la respuesta normalmente es un aumento del envío de material nocivo. “Querido Pepito. ¿No  has pensado por casualidad que a lo mejor no todos los miembros de este grupo piensan como tú, y acabas de llamar incompetente, degenerado y traidor a la patria al presidente del Gobierno, o al ministro fulano, solo porque a ti te cae fatal? ¿No has pensado que te estás convirtiendo en dueño de la verdad absoluta y que estás transmitiendo una opinión que una parte (o una gran parte) de este grupo no comparte?” Pues nada. Siguen. Siempre son los mismos. Una y otra vez. A tomar por culo el grupo.

He estado a punto de salirme de dos o tres grupos de wasap estos días. No lo he hecho y no estoy seguro de haber acertado. Lo que hago es que ya no abro videos, ni fotos, ni memes salvo de un grupo de literatura y poco más. Muchas veces ni siquiera los abro aun cuando me los mandan en privado. Hoy he estado a punto de bloquear a un buen amigo. Por la tarde una persona muy querida me ha enviado otro video ruborizante. Cuando estoy terminando de escribir este diario, pasadas las doce de la noche, porque no he tenido tiempo en todo el día de ponerme a escribir, me llega otro parecido. Pero vamos a ver, Rafa ¿Qué cojones pinta este tío (de extrema derecha o de extrema izquierda, me da lo mismo) a las doce de la noche diciendo barbaridades en un grupo de wasap de amigos que tienen en común haber jugado juntos en un equipo de fútbol? ¿Qué hago con estas criaturas?  ¿Cómo les explico que no me va su rollo político y, sobre todo, cómo les explico que me molesta que se dirijan a un grupo dando por sentado que todo el grupo piensa exactamente igual que ellos?

Voy a terminar esta página con una cita: “España es un lugar con una larga enfermedad histórica que se manifiesta, sobre todo, en un devastador desprecio por la educación y la cultura, y una siniestra falta de respeto intelectual por quien no comparte la misma opinión. Por el adversario. Siempre creí, porque así me lo enseñaron de niño, que los únicos antídotos contra la estupidez y la barbarie son la educación y la cultura”. A muchos les sorprendería quién la escribió. Fue Arturo Pérez Reverte en un artículo publicado en El País titulado Sobre miedo, periodismo y libertad, el 22 de mayo de 2014.

 

Manuel Pozo Gómez es autor del libro de relatos Violeta sabe a café, (Premium editorial) y coautor, entre otros, de los libros Madrid Sky, (Uno Editorial); Cuéntame un gol, cuentos de fútbol  (Verbum editorial) y Magerit. Relatos de una ciudad futura (Verbum editorial), y RRetratos HHumanos (editorial Kolima). Ha sido ganador de un buen número de certámenes literarios y sus relatos está publicados en distintas antologías.

 

Selección de la música: Carlos Cerdán.

The Doobie Brothers: Long train running.

Abajo a la vuelta de la esquina
A media milla de aquí
¿Ves esos trenes viejos corriendo?
Y los ves desaparecer.

 

Por PDV

8 comentarios en «Diario de un confinamiento (XL). Por Manuel Pozo Gómez.»
  1. Toda esta información política que recibimos a espuertas y que nos tiene tan hartos, puede llevarnos a cambiar la etiqueta que pusimos a nuestros conocidos, para bien o para mal, desde nuestro punto de vista, claro.

  2. Tiene y yteneis razon cuantos decis que hay es España una suma elevadísima de futurologos del pasado y profetas que lo saben todo una vez pasado, claro, sobre lo que hay y había que haber hecho, así cualquiera hace profecías.

  3. Estoy de acuerdo, Manuel, con la avalancha de whatssapp que ya no sabemos qué hacer con tantos y nos vemos con una cierta obligación de leerlos para no ser descorteses. El tema político es terrible; sin embargo, debería ser posible, e incluso deseable, que diéramos nuestra opinión en libertad sin ofender y con respeto, dialogando. Lo que nos gustaría que hubiera en el Congreso: diálogo, buscar puntos comunes, fuera insultos y descalificaciones, etc.

  4. Manolo, cuanta razón tienes con el tema de los grupos de Whatsapp.
    Me parece muy apropiada la cita que haces «devastador desprecio por la educación y la cultura, y una siniestra falta de respeto intelectual por quien no comparte la misma opinión».
    Creo que es importante buscar los puntos de encuentro para que todos podamos finalmente avanzar hacia adelante, sin tantas miradas al pasado para buscar culpables y culpas que se quieren revivir una y otra vez.
    Fundamental, la cultura, para que todos tengamos criterio, sin ignorancia, y trabajar unos para otros y los otros para todos.
    Un abrazo

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