En el taller de creación literaria de la asociación Primaduroverales estamos escribiendo el diario de un confinamiento. Cada día publicamos una página de este diario junto a un viaje musical. Esperamos, lector, que nuestros textos y nuestra música te acompañen. ¡Cuídate!
Diario de un confinamiento
A dos manos
Día 28 de marzo (decimocuarto día de confinamiento)
Por Antonio Llop
Hoy me he levantado con ganas de escribir. He intentado hacer algún ejercicio de los que propuso ayer Santiago. Era una propuesta difícil: “Llevamos meses de confinamiento. Una mujer sale a pasear al perro y no vuelve. Su marido se teme lo peor. Varios días después llega el perro solo. Una semana más tarde la mujer entra en la casa, deja el pan en la mesa, saluda y comenta: Qué frío hace hoy, coño”.
Me fijo en los detalles de la propuesta: el perro, el pan… pero ¿cómo encajo lo del tiempo? Como siempre que no sé por dónde empezar me lanzo a tumba abierta, sin ideas de hacia dónde voy. Me meto en un callejón de trama. Si no tuviera salida, lo dejaría y escogería otro. Encima lo complico más: decido que seis días antes de llegar la mujer a su casa, el gobierno habría decretado el cierre de las panaderías para limitar la salida de la gente a la calle. Pero el hombre toca la barra que acaba de traer ella y está tierna. Sigo adelante con peripecias más o menos verosímiles hasta que llego al cierre del cuento y me doy cuenta de que es imposible. Me he metido en el temido callejón sin salida. No obstante, antes de borrar lo escrito me da por llamar a mi mujer.
Rosa tiene una especial intuición para desvelar tramas ocultas. Cuando vemos series o películas, sobre todo si son policiacas, siempre me adelanta la siguiente escena o me descubre al asesino. Casi nunca falla. Ya sabe lo que quiero de ella. Lee lo que he escrito y no dice nada. Vamos juntos al comedor en el que está sonando música como todas las mañanas. Mientras bailamos, más pensativos que de costumbre, comentamos “ysis” (¿Y si pasa esto? ¿Y si sucede lo otro?) Los dos vamos descartando ideas. Hasta que de una de ellas (no recuerdo si fue suya o mía) surge algo que nos paraliza. ¡Joder, pues tiene sentido! Exclamamos al unísono. Voy corriendo al ordenador y lo redacto. Rosa lo lee y me dice: A mí me gusta mucho.
Y ya está el relato.
Antonio Llop dedicó su vida a los números, pero cuando se jubiló dio un giro a su vida y se licenció en Filologia Hispánica. Es miembro de la asociación Primaduroverales y autor de la novela Raymi, publicada por Círulo Rojo. Es coautor, entre otros libros de relatos, de los libros Primaduroverales cuentos, Madrid Sky y 2056 Anno Domini.
Selección de la música: Luis Marín Domínguez
Mark Knopfler: Golden Heart
Otra genialidad más de Antonio. Proceso creativo y ternura conyugal.Genial. Gracias.
Muy bien Antonio, hay que esperar a veces para ver el final de un relato.
Encontrar sentido a lo que se narra y qie sea verosimil ardua tarea que tu siempre sabes encontrar Antonio
Gracias por compartirlo
Gracias, Antonio, por este metarelato.
Me gusta como nos metes en la «cocina» de tu relato, Antonio.
Antonio, la imaginación es infinita. Tenías dificultades para terminar un relato y al final has escrito dos y de los buenos. La intuición de la mujer nunca viene mal.
Muy original Antonio. Un relato incalificable.
Y es que el cuento, Antonio, estaba en el primer párrafo. Bien, bien…
Un cuento estupendo. Genial Antonio