Por Ana María Abad García
Mi hija mayor tiene poco tiempo para leer durante el curso, entre la universidad y el deporte, así que al llegar las vacaciones estivales se toma la revancha y dedica una buena parte del día a devorar los títulos contenidos en la lista que, con paciencia de hormiguita y los dientes largos, ha ido elaborando desde el final del verano anterior.
Este año me pidió que le localizara un ejemplar en español de “Alicia en el País de las Maravillas”, de Lewis Carroll, y ni corta ni perezosa me puse a buscarlo en la Biblioteca Municipal, antes de caer en la cuenta de que en casa lo tenemos en español y en inglés, porque es uno de los libros favoritos de mi marido.
No obstante, esta laguna de memoria resultó ser afortunada ya que la búsqueda en el fondo bibliográfico arrojó, además de los volúmenes apropiados, uno inesperado:
“Los crímenes de Alicia”. La sinopsis me atrajo de inmediato y una rápida investigación me llevó hasta su autor, Guillermo Martínez, un matemático argentino con varias novelas, cuentos y ensayos en su haber, amén de unos cuantos premios, entre ellos el Nadal de Novela en 2019 precisamente por ese libro, y el Planeta Argentina en 2003 por “Crímenes imperceptibles”, uno anterior de la misma saga.
Quizás lo lógico habría sido leerlos en el orden cronológico en que fueron escritos, que resulta ser también el orden en que se suceden las dos tramas pero, dejando a un lado alusiones ocasionales a sucesos anteriores, son historias independientes por lo que decidí empezar por “Los crímenes de Alicia”, ya que cayó en mis manos el primero.
La verdad es que me atrapó desde el principio, la narración es fluida y las referencias matemáticas no entorpecen la trama, cosa que sí me ocurrió (y mucho) con “El nombre de la rosa” de Umberto Eco, en el que los capítulos dedicados a las disgresiones filosóficas y teológicas me sumían en un insoportable letargo, tanto más cuanto que la historia principal tiene un ritmo trepidante. Conseguí evitar a duras penas la tentación de saltarme esas secciones e ir directa al grano, y agradecí infinito que su versión cinematográfica, magistralmente protagonizada por Sean Connery, hiciera precisamente eso.
El caso es que terminé “Los crímenes de Alicia” con tan buen sabor de boca que no me quedó más remedio que leerme a continuación su predecesor, “Crímenes imperceptibles”, publicado en España bajo el nombre “Crímenes de Oxford”. Por si alguien se lo está preguntando, no es casualidad que tenga el mismo nombre que la película de Álex de la Iglesia: es que la cinta está basada en dicha novela.
De la película no puedo opinar porque aún la tengo pendiente, a la espera de que mi marido termine de leer el libro (coincidimos en que ése es el orden correcto en que se hacen las cosas: primero las letras y luego las imágenes). Pero sí que puedo decir que esta novela me gustó tanto o más que la anterior.
No quiero entrar en detalles para no descubrir demasiado el pastel a los que aún no han tenido el placer de su lectura, así que solo daré aquí unas breves pinceladas. En ambos libros el propio autor se sitúa como protagonista: durante su estancia por estudios en la Universidad inglesa de Oxford, se ve envuelto en una serie de crímenes desconcertantes que lo llevarán a implicarse en la investigación, junto con el profesor que lo tutela y el inspector de policía a cargo del caso. Aun así, pueden calificarse de novelas corales, ya que hay un nutrido grupo de personajes que complican la trama y que nos llevan de un lado a otro, dificultando el descubrimiento del asesino y de sus motivos, a pesar de las pistas que se nos van revelando.
A Ana Mª Abad García siempre le ha gustado leer. Hizo sus primeros pinitos como escritora ya en el colegio, y cuando nacieron sus hijos creó para ellos una serie de cuentos sencillos con dibujos para colorear que hacían las delicias de sus compañeros. De ahí dio el salto a cuentos infantiles más elaborados y, tras un paréntesis de algunos años, comenzó a participar en concursos literarios de relato breve y microrrelato, resultando finalista en algunos y obteniendo varias distinciones, entre ellas el segundo premio de la VIII edición del certamen Madrid Sky con el relato “Agente infiltrado”, en 2021. La revista digital “El silencio es miedo” ha publicado dos de sus narraciones breves: “En busca de mascota” (nº15, junio 2018) y “Adornos navideños” (nº17, marzo 2019), y su próximo proyecto es crear un blog donde alojar sus creaciones literarias y compartirlas con todos los aficionados al mundo de las letras.
Gracias por la aportación. Me han entrado ganas de ver la película y seguir a Guillermo Martínez.
Me encanta Alex de la Iglesia y aunque vi esa película, no sabía que estuviera basada en una novela. ahora sin duda tengo que buscarla, pues soy fan de las historias llenas de misterio y acción. Ahora sé que leer para navidades, muchas gracias por recomendar. 😉
Gracias por tus recomendaciones, ya está en la larga lista de lecturas pendientes.