Por: Vicente Moreno
La plácida tarde de ayer contó con poca asistencia del personal, pero los que asistimos la disfrutamos comentando los proyectos que van llegando relacionados con la Ucronía, que es el objetivo que nos hemos propuesto este año.
Empezó Luis Marín proponiendo un esquema de novela en la que contará una historia que se inicia en la España rural de la época de la Segunda República y acaba en el Madrid de la posguerra. Como conocemos a Luis, sabemos de antemano que esta obra estará caracterizada por un fuerte compromiso social, con el foco puesto en la importancia de la educación.
Presentó a sus personajes y realizó un esbozo del contenido de cada capítulo y una sinopsis del progreso del relato. De aquí surgió la discusión sobre la necesidad de mayor ambientación y descripción en la novela frente a la concisión del relato. También fue objeto de debate el uso del lenguaje localizado cuando la historia se desarrolla en zonas geográficas diferenciadas por un habla específico como puede ser Andalucía. A continuación reproducimos un fragmento del avance que nos leyó:
«Pasan los minutos y Manuel, sentado bajo la gran higuera se desespera. Las lagartijas cruzan el camino con movimientos eléctricos para perderse debajo de alguna piedra. Él intenta apresarlas con una rama que ha cogido del suelo. De vez en cuando su mirada vuelve hacia el pueblo que, a medida que el sol va llegando a la vertical, se difumina como un espejismo»
También Carlos Cerdán expuso su esquema de novela centrada en la historia de un abogado trepa al que se le presenta un dilema que será el origen de la ucronía. Sabemos de la habilidad de Carlos para crear situaciones humorísticas así que esperamos divertirnos con esa trama familiar en la aparecen unos frailes zen cultivadores de plantas opiáceas, eso sí con fines estrictamente terapéuticos.
«Sin embargo, ella no está dispuesta a dejarse convencer tan fácilmente, se desprende de las manos de su hijo con brusquedad y sin decir nada se dirige al mueble bar. Coge una botella de anís y se sirve una copa. Anselmo frunce el ceño ¡Por Dios mamá, que es muy temprano! Marcela que parece no escucharle se bebe la copa de un trago»
Olga Torralba trajo una propuesta interesante basada en el juego conocido actualmente como «comecocos» pero que los que tenemos ya cierta edad también recordamos de los tiempos en los que los juegos no necesitaban nombre.
Parece una idea afortunada usar este artilugio de papel, que ofrece diferentes alternativas con un simple movimiento de los dedos, como inicio de la ucronía que originará las dos historias en las no faltara alguna psicopatía.
El último proyecto presentado fue el de José Sáinz de la Maza que se atreve con una historia de universos paralelos en los que tres personajes se enfrentaran al sentimiento de la culpa. A priori parece un empeño difícil pero conociendo la maestría narrativa y la capacidad de trabajo de nuestro compañero no dudamos de su éxito.
Para finalizar tuvimos la suerte de asistir a la lectura de un texto que leyó nuestra amiga dominicana Crispatri Patricio. En su segunda visita al taller nos dio una muestra de narración en una prosa poética densa y un lenguaje musical.
«Júpiter, Júpiter, Júpiter, se llamaba así mismo para obligarse a regresar a la tierra, pues en cada minuto que en silencio pasaba se embarcaba en su designio para deambular entre recuerdos de miradas y deseo de aquella escultural figura que ocupaba su lienzo, mientras sacudía los confines de sus libidos deseos de transformar en piel aquella pintura, obra de la imagen palpada por sus ojos y de sus manos»
Fue el epílogo perfecto a una tarde apacible como un estanque salpicado de flores de loto. Esperamos seguir contando con su asistencia o por lo menos seguir leyendo su escritura fresca y original.
Vicente Moreno
Buena crónica Vicente. Dan ganas de darse un bañito en el estanque con flores de loto.
Completamente de acuerdo Vicente, fue una muy buena tarde de compartir ideas y propuestas. Tiene buena pinta el proyecto de este año, a ver si conseguimos llevarlo a buen término. También puede ser un buen empujón al proyecto editorial que espera hibernando en la asociación.
A mi también me gusta la crónica y más siendo de Vicente, que es ya todo un maestro en su forma de narrar y contar las cosas.
Gracias Vicente.
A ver si toman forma estas ucronías que empezamos.
Muy sugerente la crónica, Vicente, sobre todo para mí que me la he perdido.
Que me he perdido la sesión que no la crónica.