El salmantino Alberto Palacios Santos ha obtenido el tercer premio en la V edición del certamen Madrid Sky con el relato Los vecinos. Hace tres años fue primer finalista del certamen. Entonces hacía muy poco tiempo que había empezado a presentarse a concursos. Tres años después su currículo literario ha crecido de manera considerable. Continúa siendo un hombre muy familiar, (vino al acto acompañado por su esposa y su hijo), y sigue teniendo pasión por la literatura.
Hace tres años estuviste con nosotros porque fuiste primer finalista de la II edición. ¿Qué tal te ha tratado la vida desde entonces?
Han pasado tres años en los que ha habido un poco de todo, hemos pasado buenos y malos momentos, he escrito lo que he podido, he ayudado a mi hijo con los deberes y tenemos una gatita de color blanco.
La primera vez que viniste no teníamos patrocinadores, desde el año pasado sí los tenemos. ¿Cómo valoras la aparición de un patrocinador como cervecería la Rebujita, que nos permite dotar económicamente al tercer premio de nuestro certamen?
Valoro mucho que empresas privadas como La Rebujita apuesten por algo tan poco comercial como la literatura, su presencia es importante para que el certamen siga creciendo.
Me alegra especialmente la colaboración de una cervecería, como todos sabemos en los bares ocurren cientos de historias y seguro que muchas de ellas podrían formar parte de un concurso como este.
En aquella ocasión participaste con The Woman in the Window, un relato que era un homenaje a la película de Fritz Lang La mujer del cuadro. ¿En tu relato Los vecinos existe ese guiño al cine tan particular en ti?
No, al menos conscientemente. Sí es cierto que siempre me dicen que mis relatos son muy visuales y supongo que eso tiene que ver con cierto punto de vista cinematográfico que no puedo evitar. Lo que sí me he dado cuenta es que en tanto en The Woman in the Window como en este hay vecinos, portales y puertas a punto de abrirse que guardan vidas y secretos.
Pero en Los vecinos también hay algo extraño, algo irreal y onírico ¿no te parece?
Sí, comienza siendo un relato molesto, después pasa a ser inquietante y, poco a poco, va sumiéndose en una neblina que no sé si es irreal o hiperreal.
¿Cómo te vino a la mente la idea de esos vecinos que se duchan de madrugada y se pasan el día dejando caer fardos en el suelo?
Para tener ideas no hay más que mirar alrededor, y alrededor de nosotros suele haber vecinos haciendo cosas.
¿No tendrás unos vecinos así?
He tenido vecinos que han movido muebles de madrugada como el que mueve un mal recuerdo, que han hecho competiciones de guitarra eléctrica y que han representado historias más increíbles que el relato que he presentado al concurso. Lo de los fardos es metafórico, el problema es que las metáforas pesan y hacen ruido cuando se las deja caer al suelo.
¿Qué te pareció lo que dijo el jurado sobre tu relato, todo aquello de que era una reflexión sobre las decisiones vitales, la depreciación de los afectos, el deterioro de las relaciones y el inexorable paso del tiempo?
Me gustan todas las reflexiones que pueden salir de una historia, mis relatos suelen tener finales abiertos y se prestan a interpretaciones de todo tipo. Cada lector llega a sus propias conclusiones y todas están bien. No he pensado especialmente en eso del deterioro de las relaciones, pero sí en el paso del tiempo y en lo que pudo ser y no fue, algo que quizás estaría cercano al género de terror.
Se te dan bien los relatos fantásticos. ¿En qué tipo de relato te encuentras más cómodo?
En realidad lo que me gusta es jugar con el tiempo, con las causas y los azares, con la vida cotidiana…y por eso mis relatos acaban en el cajón del género fantástico, pero también lo paso muy bien con el relato negro y con cualquier otro que permita trastornar la realidad.
Vives en Salamanca. ¿Se vive igual la literatura en una ciudad pequeña como Salamanca que en una ciudad grande como Madrid?
Salamanca tiene una oferta cultural importante, aparte de las actividades ofrecidas por las instituciones hay salas de microteatro, de conciertos, presentaciones de libros… yo trabajo en la Filmoteca y tenemos que ofrecer una buena programación si no queremos que el público se nos escape y acuda a otras propuestas culturales. En cuanto a la literatura, y aunque habría mucho que mejorar, seguimos teniendo una tradición literaria, por nuestras calles sigue paseándose el Lazarillo, la Celestina o el Licenciado Vidriera, pero también hay nuevos autores que deben reescribir esos espacios y sobreponerse a los clásicos. De todas formas lo que más me gustaría es que los salmantinos, se dediquen a la literatura o a lo que sea, no tuvieran que irse de la ciudad para poder ganarse la vida.
¿Has conseguido ligar tu vida profesional a la literatura?
Cada vez que gano algo de dinero con la literatura me parece un milagro, aunque al final acabo gastándolo en cosas igual de prosaicas que las compradas con el resto del dinero: en el supermercado, la factura de la luz o cosas así. Sigo trabajando en la Filmoteca de Castilla y León donde escribo sobre cine en su revista digital Espacio Imagen+Memoria, no sé si eso es literatura, pero me gusta pensar que parte de mi sueldo lo gano juntando letras.
Cuando te entrevistamos por primera vez en el blog nos hablabas con pasión de tus obras de microteatro. Conseguiste representar Siente un cuñado a su mesa. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Has conseguido representar más obras?
Lo paso muy bien con el microteatro, disfruto mucho escribiéndolo y viendo a los personajes moverse por el escenario, también es curioso ver las reacciones del público que es algo que normalmente no podemos ver cuando escribimos un texto.
He conseguido estrenar varias obras gracias a un grupo estupendo llamado Hypócrita Teatro, y a Maite Iglesias, una actriz que está consiguiendo que una de mis primeras obras titulada La niña de la curva se esté convirtiendo en un miniclásico en Salamanca. También estrené una obra en el Certamen de Teatro Mínimo de Chiclana y fue una experiencia inolvidable.
También le has cogido el tranquillo a los relatos. Sé que has ganado el relato por la igualdad de la revista Zenda, has sido finalista y publicado en el certamen Cuentos sobre ruedas, organizado por Alsa, has sido premiado también en el Villa de Pedraza… poquito a poco vas sumando. Cuéntanos algo de tus premios.
Los premios son importantes por todo lo que animan y porque son una excusa perfecta para escribir con plazos, también los hay que te permiten publicar que es algo que siempre gusta mucho… y muchos de ellos te dejan experiencias inolvidables. Sin duda esos últimos son los mejores.
¿Vas a seguir concursando?
Supongo que seguiré. Normalmente si gano algún premio no vuelvo a presentarme, excepto al Madrid Sky, que fue uno de los primeros en los que fui finalista y me apetecía mucho regresar, pero después de esta edición volveré solo como público.
¿Teatro, relatos, cine… se complementan o hay una pared entre estas expresiones artísticas?
Todo es lo mismo, cada uno con sus reglas, su lenguaje, su formato… pero todos son un medio de expresión, una forma de evasión, una herramienta (ingenua) para transformar la realidad y un juego al que nunca se le agotan las posibilidades.
¿Cómo nos has encontrado después de tres años?
Os he visto estupendos, más jóvenes y con el mismo entusiasmo. El concurso cada vez es más grande, con más premios… Ha sido un placer volver a veros, retomar el contacto y también conocer a gente nueva.
En la entrevista que te hicimos en aquella ocasión o hablaste de Samanta Schweblin, una autora argentina, y de Juan José Millás y Paul Auster. ¿Has redefinido tus gustos?
Me gustan esos y muchos más, olvidé citar a Benedetti a Cortázar a García Márquez y a tantos otros. Vuelvo a mencionar a Millás con el que comparto muchos puntos de vista… y espero no acabar de definir mis gustos nunca.
Ahora sí que no te escapas, me tienes que recomendar una novela y un relato.
En vez de una novela os voy a recomendar dos biografías, una es Mi último suspiro, las memorias (excesivas, hilarantes, imprescindibles) del gran Luis Buñuel, que es uno de los libros más divertidos que he leído. La otra es una biografía novelada de un escritor salmantino del siglo XVIII al que hay que conocer, se titula La vida, ascendencia, nacimiento, crianza y aventuras del doctor Diego de Torres y Villarroel, estamos ante un personaje excesivo que fue poeta, médico, meteorólogo, músico, catedrático de matemáticas, oráculo, torero, astrólogo, bailarín, teólogo, clérigo, bordador, dramaturgo… que tuvo amigos y enemigos poderosos, que fue incómodo para el poder, crítico, inquieto y vividor, en fin todo lo que los demás soñamos ser y dejamos en manos de nuestros personajes.
En cuanto a los cuentos voy a ser más ortodoxo y os voy a recomendar La garganta de acero de Mijaíl Bulgákov, que es un ejemplo de cómo atrapar al lector al que no le queda más remedio que leer a toda velocidad para llegar al final y escapar de una historia espléndida.
Como siempre, la última palabra es para ti ¿Quieres añadir algo más a esta entrevista?
Agradeceros la hospitalidad y el entusiasmo, cuando fui finalista de vuestro certamen en 2015 fue un impulso para seguir escribiendo, así que mis premios son también un poco vuestros.
También quería dar las gracias a María, mi mujer, y a Daniel, mi hijo, por acompañarme en todo este camino y dar la enhorabuena a todos los ganadores y finalistas. Os deseo lo mejor, que el concurso siga creciendo y ya sabéis que podéis contar conmigo.
Enhorabuena una vez más, Alberto. Es un gusto contar con gente tan amable, cercana y que escribe tan bien entre los finalistas.
Es un placer tenerte entre nuestros amigos. Nuestras puerta las tienes abiertas siempre que quieras.