Por Manuel Pozo Gómez

Hace tiempo que tenía ganas de publicar en el blog una entrada sobre la asociación Verbo Azul y no he encontrado mejor ocasión que la presentación del libro Acaso el espejismo, de Ana Garrido Padilla, su presidenta. La asociación Verbo Azul fue fundada en 1998 por José Bárcenas, y refundada en el año 2001 por Juan José Alcolea y Ana Garrido. Tienen su sede en Alcorcón, donde celebran una tertulia literaria dos veces a la semana. También mantienen un premio literario anual, que alterna la narrativa con la poesía. Las similitudes con nuestra asociación Primaduroverales no puede ser mayor, si cambiamos la tertulia por nuestro taller de creación literaria.

Los aproximadamente cuarenta socios de Verbo Azul son incansables en la difusión de la poesía. Para ello se ayudan de una revista anual titulada La hoja azul en blanco (anteriormente su publicación era semestral, pero la ausencia de subvenciones ha liquidado parte del proyecto), de un extraordinario blog que sirve de difusión a las obras de sus socios y de comunicación con sus seguidores y de multitud de actos en los que van llevando su poesía por aquellas asociaciones que se lo solicitan.

Ana Garrido Padilla recibió recientemente el premio de poesía Flor de Jara, en su vigésima edición, por el poemario Acaso el espejismo, citado anteriormente. El libro fue presentado en la Casa de Castilla la Mancha el pasado 15 de enero, en un acto que contó con la lectura previa de poemas de algunos autores de la asociación Verbo Azul.

La presentación del libro corrió a cargo de la escritora Teresa Núñez, en un discurso en el que definió magistralmente la poesía, y también, como no, a Ana Garrido y su obra. Lo mejor para que el lector tenga una impresión fiel de lo que dijo Teresa Núñez y de quién es Ana Garrido es reproducir textualmente algunos párrafos de su discurso.

A veces tengo la impresión de que Ana Garrido nos reta desde sus libros. Sí. Casi estoy segura. Ella arroja de pronto un poema que solo adquiere forma de poema cuando nos vamos introduciendo en él. […]

[…] Así que ya lo tenemos, lo hemos descubierto. Detrás del signo, la palabra. El riesgo de la palabra. Y esta comienza siempre por un silencio, o sea, por un ruido de sombras en los templos vacíos. Conviene no olvidar cada significado porque Ana lo dice claro para quien lo quiere entender. Habla de templos, habla de ideas que aún no han sido escritas, no han recibido el bautismo de las palabras. Y es como si quisiera dar divinidad a lo que va a decirnos a continuación. La promesa de la piedra labrada, /el recinto sagrado para los sacrificios.

La poesía no es más que eso, algo que está a punto de labrarse en la piedra dentro del recinto sagrado que es el propio poeta. ¿Debemos entender que la poesía es un espejismo? Acaso, nos responde la autora. Insiste en la idea cuando nos advierte que “sostenemos el humo de las lámparas”. Fijaos, no la luz. La luz sería fácil de advertir, una conclusión lógica para una lámpara. Pero Ana nos habla del humo, o sea, que nuestros sentidos están siempre al cabo del espejismo. Soñamos con lo que no es, con lo que vemos pero puede quedar destruido en un segundo. Con aquello que deseamos intensamente y que, por tanto, somos llevados por ellos al engaño. ¿Es la poesía un engaño? De ninguna manera, la poesía existe aunque tal vez de esta forma, como una bruma que puede equivocarnos.

[…] Ana Garrido nos implica en su verso, además, con la naturaleza. La nieve aparece en su libro como símbolo, como auténtica añoranza de la inocencia perdida. El recuerdo de la infancia la sostiene cuando todo puede llegar a ser tristeza y soledad. Y, más que nada, la luz, figura clave de todos sus poemarios y mencionada en este dieciocho veces, aunque encontramos que adquiere una visión nueva según el adjetivo que la acompañe. Así es hospitalaria, sosegada, envejecida, vulnerable, vacilante y única.

Fue una tarde en la que la literatura y la poesía reunieron a dos mujeres brillantes, a dos amantes de las letras, a dos mujeres que tienen mucho que decir a través de sus relatos y de sus poemas. Recomiendo el libro de Ana Garrido, premio “Flor de Jara” de poesía 2017, y no encuentro mejor manera para cerrar esta entrada que la publicación de uno de sus poemas, el que cierra el libro Acaso el espejismo.

Sopesar la medida,

la forma, la materia,

ceder a la quietud, al sobresalto,

al infame pretexto del asombro.

Demorarse en la nieve

a solas en la luz.

Llegar a las palabras y ser otra,

la otra,

la que escribe.

Manuel Pozo Gómez es miembro de la asociación Primaduroverales Grupo de Escritores. Es autor del libro de relatos Violeta sabe a café, (Premium editorial) y coautor, entre otros, de los libros Madrid Sky, (Uno Editorial); Cuéntame un gol, cuentos de fútbol  (Verbum editorial) y Mar de relatos (Editorial ECU).

Por PDV

3 comentarios en «Acaso el espejismo. Un poemario de Ana Garrido.»
  1. Gracias por tus palabras, Manolo. Ana es una poeta digna de ser leida y estudiada y su verso fluye de manera natural y mágica. Merece ser leido y comentado.

  2. Muy buena iniciativa la de la asociación Verbo Azul, mi enhorabuena y a la escritora Ana Garrido por su premiado libro de poemas. Lástima no poder estar en más presentaciones y no haber podido ver y oír a nuestra querida Teresa. Muy bien contado Manuel

  3. Me gusta mucho Ana Garrido como algunas otras más como la presentadora de la obra, lo que no me gusta es que no me hayan avisado de esta presentación.

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